NACIONES UNIDAS, 15 de junio (PL).—
Casi 50 millones de personas esperan hoy remedio a sus apremiantes
necesidades sin que Naciones Unidas logre todavía que la parte rica
del mundo responda a un dramático llamamiento de ayuda que formuló
para 2004.
Esa fue la impresionante cifra de
menesterosos que la ONU calculó en 25 países declarados en crisis
y para cuya asistencia anual pidió dos mil millones 950 mil
dólares.
Sin embargo a estas alturas sólo ha
recibido contribuciones por 696 millones de dólares, de lo que se
lamentó aquí la Oficina para la coordinación de los asuntos
humanitarios (OCHA).
"La respuesta es tan lejana de
las expectativas como tan pequeña y tardía para millones de
víctimas en emergencias olvidadas", comentó al respecto el
secretario general adjunto para la esfera humanitaria, Jan Egeland.
Según dijo, decenas de
organizaciones de protección y asistencia y sus respectivos
programas se encuentran operando con sólo un 23 por ciento de los
fondos financieros requeridos, ya por debajo de los dos años
precedentes que fue de un 33 por ciento.
Entre los países con más crítico
déficit en contribuciones se menciona a Burundi, Sudán, Zimbabwe,
Guinea, Sierra Leona, Costa de Marfil, Indonesia y Madagascar.
La OCHA es un mecanismo creado hace
una década por la Asamblea General de Naciones Unidas para
garantizar estrategias y coordinar respuestas a crisis.
Para establecer los recipientes
priorizados de ayuda se toma en cuenta los países en desarrollo
más afectados por conflictos armados y calamidades naturales.