XI Conferencia de la UNCTAD

Denunció Cuba medidas agresivas de EE.UU. 

Joaquín Rivery Tur y Jorge Luis González 
Enviados especiales

SAO PAULO, 14 de junio.— Como una continuidad de las catástrofes de los países subdesarrollados vino a confirmarse la inauguración de la XI Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, donde Cuba volvió a denunciar las medidas agresivas de Estados Unidos con el fin de destruir a la Revolución.

Raúl de la Nuez, ministro del Comercio Exterior, intervino a nombre de la delegación cubana.

En el Centro de Convenciones de Anhembí, de la capital económica de Brasil, Raúl de la Nuez, ministro del Comercio Exterior de Cuba, comenzó su exposición expresando que la Isla enfrenta una de las agresiones más terribles de todos los tiempos como consecuencia de la guerra económica que Estados Unidos libra contra la Revolución.

Añadió que las agresiones se han visto agravadas por las medidas dictadas el 6 de mayo pasado en Washington, "que buscan rendir por hambre y enfermedades a la población cubana y que son violatorias de los más elementales principios del derecho internacional".

El Ministro cubano atacó también firmemente los problemas que asfixian a los países del Tercer Mundo, como la deuda externa, que propuso sea cancelada, pues ha sido pagada ya más de una vez, así como la nocividad de la llamada liberalización comercial, dramáticamente dañina para el 85% de la humanidad, y la existencia de las barreras arancelarias y no arancelarias en los países ricos en detrimento de los productores de los países del Sur.

Como proposiciones, reiteró la necesidad del impuesto al desarrollo a las tran-sacciones financieras por el 0,1%, dedicar el 50% de los gastos militares a un fondo para el desarrollo sostenible y establecer una nueva arquitectura financiera que incluya la demolición del Fondo Monetario Internacional.

Finalmente, terminó con una frase del mensaje enviado a la Conferencia por el Comandante en Jefe Fidel Castro y que será distribuido por la secretaría, en la que afirma su convicción de que: "Un mundo mejor es posible".

En horas de la mañana, una entusiasta y colorida marcha contra el neoliberalismo, el ALCA y los tratados de libre comercio, recorrió una de las calles aledañas al Centro de Convenciones de Anhembí, y durante ella se produjo una jubilosa expresión de apoyo a Cuba.

En las palabras que dejaron inaugurado el evento en su segmento de alto nivel, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva enfatizó que, en los últimos cinco años, 55 países subdesarrollados tuvieron un crecimiento económico por debajo del 2%, 23 vieron disminuir su riqueza y solamente 16 tuvieron una expansión por encima del 3%.

Otra comparación que denota el aumento del abismo que separa a naciones pobres y ricas, citada por el mandatario brasileño, fue señalar que en la década de los sesenta, cuando la UNCTAD fue creada, la renta per cápita de las naciones más pobres era de 212 dólares al año, mientras la de los más ricos pasaba de 11 400 dólares.

Cuarenta años después, los más pobres todavía andan por los 267 dólares de promedio, mientras las naciones más ricas ya están en los 32 400 dólares.

Según se anunció, al evento asisten representantes de 92 países, entre ellos los jefes de Estado Nicanor Duarte, de Paraguay; Carlos Mesa, de Bolivia; Jorge Batlle, de Uruguay, y Thaksin Shinawaatra, primer ministro de Tailandia, que fue sede de la anterior Conferencia de la UNCTAD y cuyas palabras insistieron en que hoy se enfrentan los mismos problemas de hace 40 años.

También hablaron en la inauguración la señora Marta Suplicy, alcaldesa de Sao Paulo; Gerardo Alckmin, gobernador del estado; Kofi Annan, secretario general de la ONU, y Julian Hunte, presidente de la Asamblea General de la ONU.

SOCIEDAD CIVIL CONDENA PRÁCTICAS DE LOS PAÍSES DESARROLLADOS

Paralelamente al evento de representantes gubernamentales en la XI UNCTAD, funcionó un foro de la sociedad civil, del cual surgió un documento sólido que condenó fuertemente las prácticas de los países desarrollados dañinas para las naciones pobres.

La Declaración de la Sociedad Civil se pronuncia contra las maniobras habituales de los gobiernos desarrollados y, principalmente, contra las guerras actuales emprendidas en beneficio de las empresas transnacionales.

Los representantes de las distintas organizaciones recomendaron a los gobiernos participantes en la Conferencia que rechacen el chantaje financiero, los bloqueos económicos, la intervención militar y la ocupación ilegal de territorios por gobiernos que guerrean a favor de las transnacionales.

Asimismo, la Declaración reclamó la cancelación de la deuda externa del Tercer Mundo, planteó que se permita a los estados recuperar su derecho, demandó garantías para los derechos sociales, económicos, laborales y sindicales, al tiempo que abogó por la solidaridad y la unidad entre los países subdesarrollados.

Entre las expresiones que llamaron la atención de los periodistas en esta Conferencia estuvo la del jamaicano Keith D. Knight, quien habló en nombre de los 77 y señaló que los problemas del proteccionismo de los países industrializados son un tema planteado ya por el primer secretario general de la UNCTAD, Raúl Prebisch, en los años sesenta.

El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, señaló que el mercado no se preocupa por distribuir con equidad y por eso es necesaria la intervención del Estado.

Nicanor Duarte, de Paraguay, indicó que los pueblos que estuvieron enclaustrados por las dictaduras militares están hoy peor que antes, inquirió de los demás subdesarrollados qué voz tienen en los organismos que realmente definen la economía y criticó que de reuniones en reuniones los discursos parecen un disco rayado.

 

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