Ya hubo 40 años de espera

JOAQUÍN RIVERY TUR YJORGE LUIS GONZÁLEZ 
Enviados especiales

SAO PAULO.— No se sabe cuáles van a ser los resultados de la XI Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), que acaba de iniciarse en el Centro de Convenciones de Anhembí en Sao Paulo, la capital económica de Brasil, pero los países pobres han esperado ya 40 años para ver si este instrumento de la ONU resuelve algunos problemas, hasta ahora sin resultados.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva inauguró la XI Conferencia en la que también habló Kofi Annan.

Teóricamente, la UNCTAD es el órgano permanente internacional empleado por Naciones Unidas para apoyar a los países en sus intentos de lograr metas de desarrollo e integrarse al comercio internacional, mas parece que las metas se han alejado o tantas naciones han marchado hacia atrás, puesto que la brecha entre desarrollados y subdesarrollados se ha hecho más grande, y nuestra América Latina alcanzó el privilegio poco envidiable de ser la región de mayor falta de equidad en cuanto a la distribución de las riquezas.

El actual Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva está tomando medidas contra la pobreza de tantas décadas, pero desde el hotel donde estamos se divisa en un cerro inmediatamente el contraste en una pequeña favela de ranchos paupérrimos, herencia neoliberal.

Este fin de semana se produjeron una reunión del Grupo de los 77 (132 estados) y otra del Grupo de los 20 con la intención de presionar con vistas a la Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC), donde los pobres aspiran a que Estados Unidos y la Unión Europea reduzcan sustancialmente sus subsidios a los productos agrícolas, a lo que estos se han negado rotundamente.

Al contrario, el Gobierno de Bush hace poco ha hecho aprobar una ley de ayuda por decenas de miles de dólares para sus agricultores, inútiles, a pesar de sus adelantos técnicos, a la hora de entrar en competencia con muchos productos agrícolas tercermundistas. En esas circunstancias, no se debe esperar mucho.

Otro Grupo, el de los Ocho, acaba de sostener una reunión en Estados Unidos donde habló de lucha contra el hambre, pero las palabras allí suenan bien en los estómagos llenos y se reflejan poco en las estragadas barrigas de los pobres del mundo. Lo fundamental fue hablar de la guerra contra el terrorismo que ha hecho aumentar el mismo. Porque ese es el tema que le gusta a Bush para presentar la reunión como imagen de su campaña por la reelección.

Hay mucho énfasis en tratar de llegar a acuerdos para solucionar los problemas que no han dejado caminar la Ronda Doha de la OMC, cuando la OMC es uno de los instrumentos del neoliberalismo.

Uno de los aspectos por los que Estados Unidos y la Unión Europea no han sido amigos de la UNCTAD se debe a que el órgano es muy crítico y a inicios de este mismo mes emitió un informe en el cual señalaba el fracaso de las políticas de mercado.

El ejemplo concreto tomado fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sobre el cual el órgano de la ONU subraya que es un claro fracaso para México, que perdió el 30% de los empleos que habían creado las maquilas, vio reducirse el salario real de los trabajadores y los campesinos han quedado contra la pared por las pérdidas en su sector.

Por cierto, solamente en junio del 2004 la Corte Suprema aceptó que los camiones mexicanos transporten mercancías en territorio de Estados Unidos, cuando el tráfico en sentido contrario se cumple desde el 2000. Justo el tratado.

En medio de esta situación, Allan Greenspan, el "gurú" de la Reserva Federal de Estados Unidos, anunció en una reunión de grandes banqueros (¿dónde si no?), que habrá un moderado aumento de las tasas de interés por las amenazas inflacionarias en el país y que la medida sería mucho más drástica si la tendencia del aumento de precios se mantiene.

¿Nos acordamos de lo que significa para los subdesarrollados el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos? Es fácil, crecen también los intereses de la deuda externa que asfixia a la mayoría de la humanidad y, por tanto, aumenta la deuda, lo que es una pésima noticia en medio de los debates de la XI UNCTAD, y no debería ser una buena noticia para nadie.

 

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