Aguas medicinales de Veracruz

Ortelio González Martínez

PRIMERO DE ENERO, Ciego de Ávila.— Más de 3 000 pacientes de varias provincias se han beneficiado con las aguas mineromedicinales de este balneario del municipio avileño de Primero de Enero.

Rafael González Ferragut, vicepresidente del Consejo de Administración en la provincia, explica que, años atrás, el agua corría a su antojo entre el marabú hasta perderse por cualquier escondrijo de la zona.

Foto: OSVALDO GUTIÉRREZLa piscina cura afecciones de la piel y respiratorias.

"La idea del balneario surgió a partir de un levantamiento que se hizo en la provincia para la localización de las aguas mineromedicinales y utilizarlas en bien de la salud humana. Así nació Veracruz.

"Y la mayor satisfacción es que, desde que fue inaugurado el 17 de mayo de 1996 por el desaparecido Jesús Montané Oropesa, más de 3 000 pacientes han pasado por el lugar, previa prescripción de los médicos. Según las estadísticas, más del 60% se ha curado o, al menos, mejorado su estado de salud."

Una de las que llegó con más ilusión fue Yuliet Morejón Hernández, quien luego de sufrir una hipoxia cerebral y, posteriormente, ser sometida a un proceso de rehabilitación en el hospital Julito Díaz, de Ciudad de La Habana, recibió tratamiento en el balneario durante seis meses.

"Me quedé sin caminar. No hablaba. Un día me levanté de la silla de ruedas y, con dificultad, eché a andar. Es cierto que cuando llegué a Veracruz caminaba por mis medios, pero en ese lugar pintoresco, de gente buena, sentí que no solo mejoraba mi estado de salud, también lo hacía mi alma."

Yuliet, profesora de Computación en la escuela primaria José Martí, del municipio de Primero de Enero, cursa el tercer año de la Licenciatura en Informática.

En el pozo, relata Yuliet, utilizaba la bicicleta estática, el vibrador, me beneficiaba con la fangoterapia y después me bañaba con el agua sulfurosa. Sentí una gran mejoría.

Todo está dispuesto alrededor del manantial que abastece de agua a dos pequeñas piscinas, donde los enfermos reciben el tratamiento indicado.

Las ocho habitaciones están climatizadas y disponen de televisión. También cuenta con comedor, lobby, área de fangoterapia, el consultorio médico debidamente equipado, salón de peluquería, centro de belleza...

Vivian Socorro Alonso, una de las directivas del balneario, precisa que quienes más acuden al lugar son los pacientes con afecciones dermatológicas, respiratorias y de ortopedia, y el tratamiento oscila entre los siete y los 21 días, al precio de 29 pesos por persona, incluidos el hospedaje y la alimentación.

En cada acción de los trabajadores, en cada rincón del balneario, de la mano de los tres fundadores (la doctora Yamilé, Vivian y Gene, el administrador), están los consejos de Montané, cuando llamó a convertir el lugar en un paraíso de la naturaleza. Y eso es lo que han hecho.

El pequeño bosquecillo crece todos los días, produce una sensación agradable y le da estética al lugar, a la vez que disminuyen el polvo y el ruido y mejora la calidad del aire.

El visitante encuentra más de 80 variedades de árboles frutales, desde la emblemática Guayabita del Pinar, la familia de las anonáceas, hasta la nuez tropical, la canela y el árbol del Noni, bajo la mirada atenta de Isaac Regino Avilés, el jardinero que las cuida con esmero. Son mis matas, explica.

Lo cierto es que, para ver lo que algunos en la comunidad llaman el pozo mágico, hay que llegar a él por un estrecho camino. Al final, la puerta de hierro se abre y el visitante se ve envuelto en un remanso de paz que siempre invita a volver.

 

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