BERLÍN, 29 de abril (PL).—
Una conferencia internacional sobre antisemitismo clausurada hoy en
la capital alemana aprobó una declaración que deslinda este
fenómeno social de la política de Israel en los territorios
palestinos ocupados.
Las prácticas racistas del gobierno
de Tel Aviv no pueden servir nunca como justificativo para el
antijudaísmo y la intolerancia, precisa la Declaración de Berlín
aprobada por los participantes a la reunión de dos días de la
OSCE.
Los 600 representantes de los 55
países miembros de la Organización para la Seguridad y la
Cooperación en Europa y de organizaciones no gubernamentales
llamaron a combatir "toda forma de intolerancia, agitación,
ataque o violencia" por motivos étnicos o religiosos.
El documento destaca la necesidad de
enfrentar el antisemitismo mediante programas escolares. La
educación, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Bulgaria y
presidente en ejercicio de la OSCE, Solomon Passi, es la clave para
la lucha contra el antisemitismo. Los prejuicios se inculcan desde
la niñez, agregó.
En los planes de educación previstos
se incluirá la historia del Holocausto, el exterminio de los
judíos europeos por el régimen nazi-fascista que gobernó en
Alemania entre 1933 y 1945.
Un papel especial en la lucha contra
el antisemitismo concede la Declaración a los medios de difusión.
Los acontecimientos internacionales o
las cuestiones políticas, incluidas aquellas relativas a Israel o
al Oriente Medio, no pueden justificar jamás el odio contra los
judíos, subraya el texto.
Este antisemitismo, según la OSCE,
constituye "una amenaza para la democracia, los valores de la
civilización y la seguridad internacionales".
La conferencia, segunda que celebra
la Organización sobre el tema desde Viena, en 2002, coincide con la
ampliación de la Unión Europea con 10 nuevos países, de ellos
ocho del este europeo, donde las manifestaciones antisemitas
resultan ser más virulentas que en el occidente de la región.
Los debates omitieron, sin embargo,
las manifestaciones racistas y xenófobas que sufren las minorías
árabe-musulmanes en gran parte de los países europeos.
A diferencia de las antisemitas, que
no pasan de pintadas y profanaciones en sus cementerios, las otras
suelen saldarse con la vida y propiedades de muchos árabes y
africanos.
Muchos en Europa occidental, según
encuestas recientes, no ocultan sus sentimientos contra los judíos,
que han crecido en algunos de los actuales 15 miembros de la Unión
Europea, como Francia, Bélgica, Gran Bretaña y Holanda.
Esta aversión es atribuida a que los
judíos suelen ser más leales a Israel que a los propios países
que les dan acogida, y contribuyen con largueza a sufragar muchos de
los gastos del Estado de Israel, como la actual construcción del
muro, cuyo trazado roba tierras a los palestinos en la Cisjordania y
Jerusalén.
Al encuentro de dos días, inaugurado
por el presidente de Alemania, Johannes Rau, asistieron el jefe de
Estado israelí, Moshe Katsav, y el secretario de Estado
norteamericano, Colin Powell.