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No traicionaremos a Cuba
La amistad entre los
pueblos se escribe a pulso. Son las relaciones cotidianas y la
solidaridad en momentos de crisis los ingredientes que la
consolidan.
Cuba manifiesta su
amistad para con Honduras con un desprendimiento sin precedentes de
solidaridad, en dos momentos que se han grabado en la memoria de los
hondureños; cuando el huracán Fifi azota a Honduras y
posteriormente, con el paso del devastador huracán Mitch. Miles de
hondureños enfermos afectados por ambos siniestros fueron atendidos
por brigadas de médicos cubanos que desde entonces colaboran en el
país.
En esa relación de
amistad, manifestada por Cuba, los médicos cubanos como parte de un
convenio firmado por el Gobierno del ingeniero Carlos Flores, se
involucran en una tarea mucho más loable: atender a la población
más necesitada y localizada en las regiones más apartadas de
Honduras.
Los médicos cubanos
se han desplazado a comunidades de La Mosquitia de Honduras, de
Lempira, Intibuca, Olancho, Comayagua, Copán y en fin, a todos
aquellos lugares que son catalogados con índices de pobreza
extrema. Un caso de particular mención lo constituye la asistencia
que brindan a la etnia Tahwaka. En Krausirpe, Krautara y otras
comunidades que nuestro Presidente tal vez no conoce, se han
atendido de parto, se han hecho operaciones médicas a personas que
nunca habían conocido un médico, ni tampoco asistido a una
clínica. Los médicos cubanos han recibido con sus manos la sangre
de los recién nacidos con una alegría, con un entusiasmo
impresionante, como si fueran seres muy queridos o mejor dicho, sus
mismos compatriotas de Cuba.
La amistad de Cuba se
demuestra al tener el país un contingente de 276 médicos cubanos.
Desde su presencia al llegar inmediatamente después del huracán
Mitch han realizado más de cuatro millones de consultas y más de
70 000 operaciones quirúrgicas. Y no se trata de cuánto costarían
estas operaciones, se trata, que han sido realizadas a las personas
más pobres del país, de no haber sido por ellos, muchas de las
personas operadas ya habrían muerto.
Debería Honduras
estar agradecido por ello. Claro que debería estarlo, porque le han
visto con cariño a sus hijos más pobres y más necesitados, esa,
en nuestro concepto, sería una deuda de honor para con Cuba.
A esto se suma el
apoyo que está dando Cuba, becando a más de 700 estudiantes de
escasos recursos, para las ramas de Medicina, Deportes y otras
ciencias. En el caso de los estudiantes de Medicina, se trata de un
proyecto de salud para cambiar drásticamente las estadísticas de
mortalidad infantil, de muertes por partos, por dengue, etc.,
invirtiendo en lo más preciado que tiene un país.
Debería Honduras
estar agradecida por las becas que Cuba, con la mayor generosidad,
da al país. Claro que deberíamos los hondureños, con la mayor
humildad del mundo, decirles: gracias Cuba, por querer a estos hijos
de Honduras como si fueran propios.
En cambio Honduras
traiciona a Cuba, acusándole de violadores de los Derechos Humanos.
En tal caso, quién le otorgó a Honduras la balanza de la Justicia
para evaluar los derechos de las naciones y por qué en ese nuevo
rol justiciero, Honduras elige para su acusación al país que más
nos ha ayudado.
Podrá acaso un
préstamo otorgado al país, con sus dólares frescos, hacer olvidar
que ese dinero viene manchado con sangre cubana; de esa Cuba, que
hoy está compartiendo, por medio de sus médicos, nuestra miseria
de pueblos atrasados, pobres y enfermos. En tal caso, perderíamos
tanto por tan poco.
En nombre de esos
cuatro millones de personas atendidos por los médicos cubanos y las
que serán atendidas en el futuro, en nombre de los 700 jóvenes de
escasos recursos que estudian en Cuba, en nombre de la población
hondureña, con el mayor de los respetos, le pedimos Señor
Presidente, que no presente una acusación como la que ha anunciado
contra Cuba.
Le pedimos, Señor
Presidente, que sea valiente y esté con este pobre pueblo que se
llama Honduras.
Asociación de Padres
de Alumnos que estudian en Cuba
3 de abril del 2004 |