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             Luis Borroto se las trae
             José
            Antonio Fulgueiras 
            SANTA CLARA.— A Luis
            Borroto nunca le gustó ser lanzador. "Mi predilección era jugar el
            campo corto, pero como estaba tan flaco, me dije: Lo mejor que hago
            es meterme a pitcher". 
             Aunque
            también esto influyó: "Desde chiquitico veía lanzar a mi padre
            defendiendo los colores de mi municipio, Encrucijada. Cuando el
            viejo ganaba un juego, todo el mundo iba a felicitarlo, entonces, yo
            me decía: `Esa es la posición más importante de un equipo'". 
            Así transitó por las
            categorías escolares y juveniles, sin ir más allá de los torneos
            provinciales: "Comencé a hacerme pitcher en la Academia de Santa
            Clara, bajo las pupilas de Pedrito Pérez y Jesús Manso. Allí fue
            donde me empezó a caminar la bola por encima de las 90 millas, y a
            mejorar los lanzamientos de rompimiento". 
            Mas aún le quedaban dos
            cosas importantes por resolver: "Tenía que coger más cuerpo y
            empecé a hacer ejercicios con pesas. Lo otro era el control, pues
            era demasiado wild. El control lo mejoré por la influencia de dos
            Luis. De mi entrenador, Luis Hernández, quien no perdió la
            paciencia conmigo, y del otro Luis, yo mismo, que tiré y tiré sin
            descanso hasta encontrar la zona". 
            Con 21 años de edad, y
            envuelto en su tercer campeonato nacional, brilló en la etapa
            clasificatoria, en la que ganó 12 juegos con solamente tres
            derrotas. Resultó, además, líder en promedio de carreras limpias,
            con 1,53, y en ponches propinados, con 135. 
            Ya les ganó a Granma y
            a Santiago de Cuba en estos play off. Disertó frente a las avispas
            negras asumiendo el reto de tener al frente a Norge Luis Vera, el
            mejor pitcher de Cuba. Reveló que no se apoya en un lanzamiento
            específico. 
            "Para
            mí es tan importante la recta como la curva. He salido de los
            aprietos utilizando indistintamente una u otra. Eso depende del
            bateador contrario y del control que exhiba ese día." 
            Está casado desde hace
            4 años. Tiene un niño que crió de meses, y según él, es más
            que su hijo. Cuando gana, la familia lo recibe en Encrucijada con
            mucha alegría, no así cuando pierde. Su mamá y su esposa Yipsi
            son tal vez las que más lo comprenden. 
            Sus dos momentos, el
            aciago y el feliz, los define así: 
            "Cuando
            me dieron el jonrón en el Juego de las Estrellas sentí que el
            mundo se me venía encima, pues el equipo anhelaba esa victoria.
            Pero bueno, vencimos, y alcancé mi mayor alegría cuando gané en
            Venezuela, mi primera experiencia internacional." 
            Luis Borroto es un
            guajirito que aún conserva el dejo de la campiña en sus palabras.
            Callado y respetuoso, y con unos deseos inmensos de que Villa Clara
            sea la reina de nuestra pelota y Cuba, la campeona olímpica.  |