LONDRES, 9 de marzo
(PL).— Las autoridades británicas esperan
hoy el arribo de cinco de sus ciudadanos recluidos en la base
estadounidense, en la bahía de Guantánamo, bajo sospecha de estar
involucrados en supuestas acciones terroristas.
Esos prisioneros fueron puestos en
libertad por Washington, luego de insistentes peticiones de sus
familiares y abogados, apoyados a cierto nivel por el gobierno del
Reino Unido, el cual deberá negociar la liberación de otros cuatro
reos.
Shafiq Rasul, de 24 años; Asif
Iqbal, de 20; Ruhal Ahmed, de 21; Jamal Al-Harith, de 35; y Tarek
Dergoul, de 24; fueron detenidos poco después de la agresión
estadounidense contra Afganistán, en octubre de 2001, y enviados a
la referida base, a cuya presencia se opone el gobierno cubano.
Esos británicos, que compartieron la
improvisada prisión con más de 600 personas de 42 países, serán
sometidos a revisiones clínicas e interrogatorios de las fuerzas de
seguridad a su llegada a la base militar de Northolt, en las afueras
de esta capital.
Por el momento, se desconoce si
serán acusados por el gobierno por delitos de terrorismo o
entregados a sus familiares.
Esos detenidos se mantuvieron en un
limbo jurídico por más de dos años, pues Washington los califica
como "combatientes extranjeros" para evitar su
categorización como prisioneros de guerra, lo que conllevaría el
cumplimiento de convenciones internacionales al respecto.
Analistas estiman que aunque Londres
intenta, indirectamente, presentar la liberación como el resultado
de sus estrechos vínculos con Estados Unidos, tras su agresión
conjunta contra Iraq, ello podría ser un arma de doble filo.
Si al llegar a este país las
autoridades británicas liberan de inmediato a los prisioneros,
entonces se cuestionaría la falta de gestión del gobierno del
primer ministro Anthony Blair.
Pero si por el contrario se mantienen
detenidos por las fuerzas de seguridad nacionales ello descartaría
la percepción de que al lograr la excarcelación de esas personas,
el Reino Unido corrigió un acto injusto de Washington.
De igual forma, aunque se
consideraría un hecho positivo, la liberación de los cinco
británicos, acusados de pertenecer a la red Al Qaeda, refuerza la
teoría de que la Casa Blanca otorga un trato diferenciado a las
personas retenidas en la mencionada base, a quienes se niega,
siquiera, presentarles acusaciones concretas.
Respecto a los otros cuatro
ciudadanos de este Estado aún retenidos (Feroz Abbasi, Richard
Belmar, Martin Mubanga y Moazzam Begg), el ministro del Interior,
David Blunkett, consideró que podrían ser enjuiciados en Estados
Unidos pues, opinó, fueron detenidos en "zonas de
combate" en Afganistán.
Para Blunkett, criticado por sus
intentos de imponer leyes dirigidas a reducir las libertades
individuales en Gran Bretaña, las presuntas evidencias reunidas
contra esos cuatro prisioneros serían mejor utilizadas en el país
norteño.