ROMA, 27 de enero (PL).—
El Papa Juan Pablo II recibió hoy al vicepresidente estadounidense,
Dick Cheney, con quien debatió sobre la situación en Iraq y el
Levante, entre otros temas, en medio del enfriamiento de los nexos
bilaterales tras la agresión a Bagdad.
El Sumo Pontífice demandó a
Washington que trabaje para avanzar en la cooperación y la
solidaridad internacional al servicio de la paz, lo cual choca con
los planes militaristas de la Casa Blanca.
Cheney, quien solicitó audiencia al
Papa, llegó al Vaticano en medio de fuertes medidas de seguridad,
incluida la evacuación de todos los autos de la avenida Via de lla
Conciliazione, que une a esta capital con la sede de la jefatura de
la iglesia católica.
Aunque el vicemandatario de Estados
Unidos —el primero de ese país con ese rango en visitar al
Vaticano tras la agresión de marzo pasado a Iraq— regaló una
paloma de cristal a Karol Wojtyla, debió escuchar la reiteración
de los reclamos de dejar a un lado las guerras y garantizar la paz.
El diálogo entre ambas partes busca
limar las diferencias provocadas por el fuerte rechazo del jefe de
la iglesia católica a la invasión unilateral anglo-estadounidense.
Hace dos semanas, el Papa declaró
que tras un conflicto contra el inicio del cual luchó con todas sus
fuerzas, lo que cuenta es el esfuerzo de la comunidad internacional
para poner a los iraquíes en condiciones de retomar el control del
país.
La cita en el Vaticano forma parte de
una visita oficial a este país del funcionario norteamericano que
inició el pasado domingo y la cual incluyó un diálogo la víspera
con el mandatario italiano, Carlo Azeglio Ciampi, un agasajo del
primer ministro Silvio Berlusconi y un discurso en el legislativo.
A diferencia de su encuentro de hoy,
en las pláticas con funcionarios del gobierno italiano el vicejefe
de la Casa Blanca encontró respaldo a la aventura bélica en Iraq,
donde esta nación mantiene desplegados más de tres mil militares.
Sin embargo, en un discurso
pronunciado ayer ante los parlamentarios italianos, Cheney se
dedicó a resaltar la potestad de su país para realizar cambios
políticos en Iraq, sin mencionar para nada el asunto de las armas
de destrucción masiva, principal argumento de Washington y Londres
para atacar a Bagdad.
La gira del funcionario
estadounidense por Europa, que se inició la semana pasada con la
participación en el Foro Económico de Davos, en Suiza, se produce
en medio de revelaciones sobre la inexistencia de esos armamentos en
el citado país árabe.
En un intento por apagar el fuego de
las críticas, el Vicepresidente estadounidense reiteró hoy la
colaboración con el Consejo de Gobierno —impuesto en Iraq por las
fuerzas invasoras— para preparar "el inicio de la transición
hacia una plena soberanía de esa nación para fines de junio
próximo".
Por otro lado, en las conversaciones
en el Vaticano, ambas partes abordaron el tema del conflicto
árabe-israelí, donde el Sumo Pontífice constató la necesidad de
una patria para los palestinos y el "derecho" de Israel a
vivir en fronteras seguras, en medio de la pérdida de imparcialidad
de Washington para mediar en ese asunto.