Elecciones en España marcadas por broncas 
internas de partidos

RAFAEL CALCINES

MADRID, 27 de enero (PL).— Las elecciones generales españolas del próximo 14 de marzo parecen estar cada vez más marcadas por los conflictos internos de los principales partidos políticos.

La carrera por la presidencia del gobierno provoca, además, que los problemas se magnifiquen, más allá de su justa medida, y que sean explotados con toda la saña posible por los contrincantes, a pesar de los llamados a "jugar limpio" en la joven democracia española.

Por ahora, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) parece llevar la peor parte al estallar el escándalo el lunes último tras conocerse de una reunión secreta sostenida a principios de enero en el sur de Francia por el vicepresidente del gobierno autonómico catalán, Josep Lluis Carod Rovira, con dirigentes de ETA.

Este reconoció haber tenido el encuentro, solicitado por la cúpula del grupo armado vasco, con el interés de dialogar sobre la posibilidad de que se produjera una tregua temporal o definitiva a las acciones violentas.

Algunos analistas señalan que el revuelo se debe en gran medida a que el flamante gobierno catalán presidido por los socialistas con el respaldo de los nacionalistas de Ezquerra Republicana de Cataluña, no agrada en absoluto a las autoridades de Madrid.

De ahí que el desliz de Carod Rovira pueda ser aprovechado para dinamitar el gobierno tripartito presionando incluso al PSOE a romper cualquier acuerdo con ERC, no solo promoviendo la posible destitución de Carod Rovira.

Pero en el gobernante Partido Popular (PP) tampoco pueden descuidar su retaguardia ante otro escándalo que lo afecta directamente y que si bien no tiene la trascendencia del caso Carod Rovira puede acarrearles importantes dolores de cabeza.

El protagonista en este caso es Jesús Ares, hasta ahora el desconocido alcalde de la pequeña localidad gallega de Toques, que saltó también el lunes a los titulares de prensa acusado de cometer abusos sexuales con una menor.

Primero en la cúpula del PP no se dieron por enterados, pero ante las evidencias le pidieron al funcionario que dimitiera de su cargo tal como plantean los reglamentos éticos del partido.

Pero para sorpresa generalizada el alcalde se negó a dejar el puesto y, para más notoriedad, hoy sacó a empujones del ayuntamiento a los periodistas que asistían a un pleno en el cual se iba a pronunciar sobre la sentencia firme que lo condena por abusos sexuales.

El asunto puede remover la suciedad en las filas del PP, sobre todo teniendo en cuenta que no es el primer caso en el cual un alcalde del derechista partido gobernante aparece acusado por actitudes morales reprobables.

Por lo menos ya desde las filas del PSOE su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, exigió a la dirección del Partido Popular tomar medidas más drásticas y no limitarse a simples declaraciones de principios.

Como coinciden muchos aquí, a medida que se acerca la fecha de la consulta en las urnas, el ambiente se va caldeando y promete ofrecer mucha acción a un electorado que, a la larga, puede terminar hastiado por manejos políticos que solo persiguen arañar votos al contrincante.

 

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