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Leonela, Juan, Pedro
y los demás
GINEBRA.—
Son golpes. Las presentaciones de los miembros de la delegación
cubana en uno u otro evento paralelo de la Cumbre de la Sociedad de
la Información son como estocadas en el tema que tocan, por su
claridad y precisión, su humanidad o su justeza.
Ahí tienen a Leonela
Relys. Nerviosa, sonriente. No puede negar que se siente feliz
cuando ve la aceptación de su método de alfabetizar por radio y
televisión.
Ya la he visto en dos
presentaciones con auditorios distintos. La primera vez fue ante
invitados. La segunda fue preciso que la hiciera Juan Fernández
González, del Ministerio de Informática y Comunicaciones, pero
Leonela estaba contenta cerca de Boris Moreno, viceministro de
Informática y Comunicaciones, en primera fila, y luego también en
el stand de Cuba. Ese mismo día había almorzado con el Director
General de la UNESCO quien se mostró muy satisfecho con el método
para enseñar a leer y escribir, y el día anterior había estado en
una asamblea de pueblos indígenas que plasmaban sus demandas
eternas en un documento final que sería presentado a la Cumbre
Gubernamental.
Y por allí, en las
cercanías del stand cubano, Ivan Barreto, del Canal Educativo, me
contaba satisfecho que hoy le había tocado hacer una exposición
sobre el software libre como una necesidad del conocimiento en un
mundo donde muy pocos tienen suficiente para pagarlo.
Y por los mismos caminos
estuvo igualmente Pedro Urra, director de Infomed, pues el campo de
la medicina es uno de los que más requieren que el software sea
libre para el conocimiento de los médicos, con ello pueden salvar
vidas y sanar.
Estudiantes suizos interesados por los temas de Cuba.
Los Joven Club siguen
siendo, asimismo, una de las joyas apetecidas de la vía cubana
hacia una sociedad de información, del conocimiento, de la cultura
general integral dirigida hacia todos los miembros de la comunidad
nacional, y basta ver la actividad que despliega Pedro Martínez,
coordinador nacional, para notar que él lo mismo explica los
pormenores del programa que dirige ante un auditorio, que lo hace
con una sola persona que se interese por ello.
Y en el stand mismo
Jorge Luis y su cámara sorprenden a Miguel Rodríguez, del
Ministerio de Educación, explicando algo con el máximo de
atención a un grupo de estudiantes que se interesó por la
enseñanza de la computación en Cuba.
Así son también los
demás, uno por uno, los componentes de este grupo que se entregaron
por completo para divulgar entre los miles de participantes de la
Cumbre, sobre todo en los llamados foros paralelos, los programas
que ponen a Cuba entre los países de vanguardia en hacer de estas
ciencias que marcan el futuro del mundo un instrumento para que los
individuos sean mejores patriotas y mejores ciudadanos del planeta. (J.R.)
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