La ejemplar trayectoria
revolucionaria del joven cubano Antonio (Ñico) López (1932-1956),
fue destacada ayer en la ciudad Bayamo, donde participó en el
ataque al cuartel Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de
1953.
Las investigadoras Viviam Infante y
Nivia Ramírez señalaron, en una conferencia, la formación
martiana, temprana incorporación a las luchas políticas, valentía
y el elevado sentido de la responsabilidad del combatiente.
Recordaron que López dirigió un
grupo de asaltantes al bastión bayamés, ayudó a organizar el
Movimiento Revolucionario 26 de Julio en el país, estuvo entre los
primeros cubanos con quienes hizo contacto Ernesto Che Guevara, en
Costa Rica, y fue expedicionario del yate Granma.
Con la conferencia, impartida en el
museo-casa natal de Carlos Manuel de Céspedes, comenzó una jornada
de homenaje al joven mártir, la cual culminará el próximo día
ocho, al cumplirse 47 años de su muerte.
La citada institución exhibe una
réplica de la histórica embarcación, y la escuela Desembarco del
Granma, del Comité del Partido en la provincia homónima, muestra
un juramento patriótico firmado por López y el hoy General de
Ejército Raúl Castro, el 24 de noviembre de 1956.
Ubicado en el sitio que ocupó el
cuartel Céspedes, atacado simultáneamente con el Moncada, el
parque-museo Ñico López expone objetos del mártir y de Antonio
Darío López y Calixto García (hoy general de brigada), quienes
fueron asaltantes de la fortaleza y expedicionarios.
Ñico nació el dos de octubre de
1932, en el actual municipio capitalino de La Lisa, y fue asesinado
por fuerzas gubernamentales el ocho de diciembre de 1956, en Ojo del
Toro, paraje intramontano de la localidad granmense de Pilón.
(AIN)