Cinco años y sigue mandando el pueblo

Celebra el pueblo venezolano el cumpleaños que se merece la Revolución bolivariana

Félix López y Ricardo López Hevia
Enviados especiales

Foto: RICARDO LÓPEZ HEVIACARACAS.— Venezuela vive un día histórico. La alegría popular, que desborda la avenida Bolívar y sube como río indetenible por la autopista Francisco de Miranda, desde Petare, cruzando victoriosa junto a la Plaza Altamira, último reducto de la oligarquía fascista, demuestra que los cinco años de Chávez en la presidencia del país, han sumado millones de almas al proceso bolivariano.

Estos reporteros, que cumplen hoy seis meses como enviados especiales en Caracas, no vieron jamás tanto entusiasmo popular y confianza en la victoria. La gente amaneció en las calles, y la fiesta comenzó más temprano de lo esperado. Caravanas de todos los estados. Boinas rojas y banderas. Música llanera, gaitas y tambores. "¡Uh, ah, Chávez no se va!", "¡Volvió, volvió volvió!", y "Chávez los tiene loco", son contagiosos estribillos que se escuchan en todas las esquinas.

El pueblo ha salido, como en el ya emblemático 13 de abril, para advertir que no hay retorno al pasado, que no volverán los fascistas, que con Chávez manda el pueblo. Y los locutores de las televisoras golpistas, cínicos y asustados, cuentan noticias viejas y no se atreven a poner una cámara frente a la multitud. No dicen que un año después del paro petrolero, la nueva PDVSA es de todos los venezolanos, y que luego del traicionero infarto al corazón económico del país, las cifras hablan de total recuperación.

Es el pueblo, después de las patrióticas jornadas de recogidas de firmas para el revocatorio de los diputados golpistas, poniendo el rostro y el alma, que son más reales que una simple huella dactilar, para que el mundo sepa que Chávez no está solo, que los sin nada lo siguen, cuidan y defienden. Es la mujer que acaba de aprender a leer, el adolescente que regresa al sistema escolar, el hijo de obrero que se sienta en un aula de la Universidad Bolivariana, el pobre que tiene un médico en medio de la humildad de su barrio, el indio que ahora es considerado un ser humano.

La avenida Bolívar, al filo de la una de la tarde, es un hervidero humano, un volcán de revolucionarios que esperan para fundirse los miles de compatriotas que atraviesan la ciudad en esta histórica jornada, donde el Presidente Chávez volverá a compartir con los suyos, la celebración del cumpleaños más feliz del proceso bolivariano.

Una fiesta que culminará en la noche con Silvio Rodríguez y sus invitados en el Poliedro de Caracas.

Sobre este histórico concierto (Un canto de amor a la Revolución), los colegas de Aporrea reparten en la avenida Bolívar un volante que es más que una invitación: "Hay muchos compatriotas de la oposición que siempre fueron fanáticos de Silvio, pero aparentemente no de su pueblo y de su proceso revolucionario. Lo que les gusta es el lomito... la carnita, la poesía... pero no la yuca, el pueblo cubano y su lucha diaria contra el imperio del norte, o sea: los motivos irreductibles que inspiran a Silvio a componer como compone.

"¡Que fallo! Silvio no viene ahora a Las Mercedes a cantarle a la intelectualidad pseudo-izquierdista de mentira, de poltrona, de libritos de buena carátula que nunca se leyeron... Silvio viene a cantarle al pueblo, a los de abajo, a los que en su mayoría están con el cambio, con el Presidente Chávez y con el proceso de transformación iniciado por él".

La marcha avanza, y el pueblo va al encuentro de su Presidente. Venezuela volverá a ser noticia.

 

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