De Romeos y Julietas

Andrés D. Abreu

Desde los años 69 y 70 cuando la primera Julieta cubana en el ballet, Alicia Alonso, y el bailarín ruso Azari Plisetski (como Romeo) interpretaron Un retablo para Romeo y Julieta en las dos puestas realizadas por Alberto Alonso para el Ballet Nacional de Cuba, no había tenido la compañía cubana otra versión danzaria sobre la clásica tragedia shakesperiana, que actualizara en su repertorio la presencia de uno de los más universales ballet.

Pero el pasado mes de julio, cuando en La Nave de Sagunto (Valencia, España) se estrenó Shakespeare y sus máscaras, el BNC enmendó en su catálogo de grandes títulos la falta de un actualizado Romeo y Julieta, traído esta vez desde un trabajo coreográfico de cuatro años realizado por su directora Alicia Alonso.

Foto: NANCY REYESAlihaydée Carreño y
Rolando Sarabia durante
los ensayos de Shakespeare y sus máscaras.

Y será entonces, en la Sala García Lorca, del Gran Teatro de La Habana, que el público nacional comenzará a curar sus ansias de ver nuevamente bailada la delirante pasión de la famosa pareja de amantes gracias a las siete funciones (6, 7, 10, 11, 12, 13 y 14 de diciembre) de Shakespeare y sus máscaras que bailarán el BNC y sus cuatro nuevos Romeos y Julietas (Joel Carreño y Viengsay Valdés, Oscar Torrado y Laura Hormigón, Romel Frómeta y Bárbara García, Rolando Sarabia y Alihaydée Carreño).

Y con este último nombre que asumirá el encanto y la devoción de la joven enamorada, se suma, al estreno de la obra en Cuba, otra esperada noticia: el retorno a la escena de una apreciada y necesaria primera bailarina del ballet cubano contemporáneo.

"Después de un año y medio de disfrutar las emociones de la maternidad vuelvo al ballet. Ha sido difícil la recuperación porque en esta carrera pesa mucho cualquier pérdida de tiempo, pero también ha sido muy importante vivir como mujer este momento tan bello de ser madre. Vuelvo con más madurez y experiencia y espero que eso me ayude a ser la misma bailarina o incluso mejor."

Así sintetiza Alihaydée Carreño el duro proceso de retorno a la danza clásica, suceso que se produce, además, con un debut.

"Tenía cierto miedo de este momento, pero Shakespeare y sus máscaras es ideal para recomenzar porque no es una pieza de grandes exigencias técnicas y sí de mucha interpretación, algo que me fascina. Un ballet hermoso por sus libertades de movimiento y expresión para contar la historia. A eso incorporo mi experiencia en el 2001 de haber sido Julieta en la versión del coreógrafo Septime Webre para el Washington Ballet."

El regreso de esta integrante de la familia de bailarines Carreño se producirá con otra gran figura del BNC, Rolando, miembro de la familia Sarabia y también imposibilitado en los últimos tiempos de una presencia estable sobre el escenario.

 

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