La Asociación de Combatientes cumple 10 años

En la defensa incondicional de la Revolución

ÁNGEL RODRÍGUEZ ÁLVAREZ
Servicio Especial de la AIN

La más joven organización social cubana cumple este siete de diciembre la primera década de vida y arriba a ella plena de vigor, entusiasmo y con los mismos sueños del primer día.

Nació en los momentos más críticos del período especial, cuando muy pocos en el exterior, incluidos amigos, apostaban por el futuro de la Revolución y en Miami, capital de la contrarrevolución, la mafia terrorista alistaba las maletas para un regreso triunfal sobre las bayonetas de los marines y caer como buitres sobre los despojos del país.

Pero esas adversas circunstancias no amedrentaron a los revolucionarios cubanos, autores de tantas hazañas patrióticas y educados en un sólido espíritu de lucha y de victorias, agigantado y fortalecido frente a la escalada agresiva del enemigo.

Inspirados en la defensa de la Patria, la Revolución y el Socialismo, como máxima motivación existente para un combatiente, la Asociación ha materializado la plena identificación orgánica de las generaciones que llevan sobre sus hombros la inmensa tarea de transformación social, emprendida hace 45 años.

En este decenio de trabajo se ha ganado un espacio en la sociedad y es reconocida por el pueblo del que forman parte, muy especialmente por los jóvenes, continuadores y encargados de eternizar las ideas más puras de los combatientes mayores de todas las épocas: Céspedes y Agramonte; Martí, Gómez y Maceo; Mella, Guiteras y Jesús; Abel, Frank y José Antonio; Camilo y el Che, y de Fidel, símbolo y síntesis de las batallas libradas en los últimos 135 años.

Por ello no resulta nada casual que esta organización quedara constituida en la fecha grande de la caída del Titán de Bronce, como tampoco lo fue que ese día de 1989 fuera señalado para el regreso definitivo al suelo natal de los restos inmortales de los dos mil 289 internacionalistas caídos en el cumplimiento del deber en otras tierras.

Con la Operación Tributo, se materializaba un principio y un compromiso de la dirección política del país, que en reiteradas ocasiones había expresado que la Revolución no buscaba glorias con la ayuda a la independencia, integridad territorial y al desarrollo económico y social de países víctimas de la agresión imperialista.

Tampoco perseguía ventajas económicas de ningún tipo pues lo único que Cuba se llevaría de esos sitios, cuando las circunstancias así lo permitieran, sería a sus muertos, protagonistas de imborrables páginas de heroísmo y sacrificio en el enfrentamiento al enemigo común.

Aquel siete de diciembre, hace ahora 10 años, en inolvidable jornada de emocionado homenaje, el Comandante en Jefe Fidel Castro sintetizó el significado del internacionalismo, cuando expresó: "En breves años se escribió una brillante página de solidaridad, de la cual nuestro pueblo se siente orgulloso, ellos murieron luchando por la dignidad y la libertad de todos los hombres." (AIN)

 

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