La más joven organización social
cubana cumple este siete de diciembre la primera década de vida y
arriba a ella plena de vigor, entusiasmo y con los mismos sueños
del primer día.
Nació en los momentos más críticos
del período especial, cuando muy pocos en el exterior, incluidos
amigos, apostaban por el futuro de la Revolución y en Miami,
capital de la contrarrevolución, la mafia terrorista alistaba las
maletas para un regreso triunfal sobre las bayonetas de los marines
y caer como buitres sobre los despojos del país.
Pero esas adversas circunstancias no
amedrentaron a los revolucionarios cubanos, autores de tantas
hazañas patrióticas y educados en un sólido espíritu de lucha y
de victorias, agigantado y fortalecido frente a la escalada agresiva
del enemigo.
Inspirados en la defensa de la
Patria, la Revolución y el Socialismo, como máxima motivación
existente para un combatiente, la Asociación ha materializado la
plena identificación orgánica de las generaciones que llevan sobre
sus hombros la inmensa tarea de transformación social, emprendida
hace 45 años.
En este decenio de trabajo se ha
ganado un espacio en la sociedad y es reconocida por el pueblo del
que forman parte, muy especialmente por los jóvenes, continuadores
y encargados de eternizar las ideas más puras de los combatientes
mayores de todas las épocas: Céspedes y Agramonte; Martí, Gómez
y Maceo; Mella, Guiteras y Jesús; Abel, Frank y José Antonio;
Camilo y el Che, y de Fidel, símbolo y síntesis de las batallas
libradas en los últimos 135 años.
Por ello no resulta nada casual que
esta organización quedara constituida en la fecha grande de la
caída del Titán de Bronce, como tampoco lo fue que ese día de
1989 fuera señalado para el regreso definitivo al suelo natal de
los restos inmortales de los dos mil 289 internacionalistas caídos
en el cumplimiento del deber en otras tierras.
Con la Operación Tributo, se
materializaba un principio y un compromiso de la dirección
política del país, que en reiteradas ocasiones había expresado
que la Revolución no buscaba glorias con la ayuda a la
independencia, integridad territorial y al desarrollo económico y
social de países víctimas de la agresión imperialista.
Tampoco perseguía ventajas
económicas de ningún tipo pues lo único que Cuba se llevaría de
esos sitios, cuando las circunstancias así lo permitieran, sería a
sus muertos, protagonistas de imborrables páginas de heroísmo y
sacrificio en el enfrentamiento al enemigo común.
Aquel siete de diciembre, hace ahora
10 años, en inolvidable jornada de emocionado homenaje, el
Comandante en Jefe Fidel Castro sintetizó el significado del
internacionalismo, cuando expresó: "En breves años se
escribió una brillante página de solidaridad, de la cual nuestro
pueblo se siente orgulloso, ellos murieron luchando por la dignidad
y la libertad de todos los hombres." (AIN)