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             Pacto de unidad en Las Cañas  
            Tres delegados de
            circunscripción cuentan parte de su vida cotidiana. Exponen
            avances. Advierten contratiempos 
            MARÍA JULIA MAYORAL 
            Llueve a cántaros en la
            ciudad, pero aun así los vecinos saben que pueden localizar a
            Genoveva. A cada rato nuestra conversación se interrumpe. El timbre
            del teléfono parece competir con la insistencia de los aguaceros. 
             Oma, Genoveva y Arturo (de izquierda a derecha en la foto) comentan experiencias en su labor como delegados. 
            La madre de una niña
            enferma llama para compartir alegrías: hoy la pequeña no ha hecho
            reacciones a los sueros citostáticos. Otra persona comunica que el
            pan llegó con buena calidad, una tercera agradece haber recibido la
            chequera para cobrar la pensión, la siguiente informa del arroz que
            ha vuelto a venir muy picado... 
            Son diálogos íntimos,
            pruebas de empatía y confianza, sobre los cuales Genoveva Morales
            Morán, presidenta del Consejo Popular y diputada a la Asamblea
            Nacional, evitaría las referencias directas de no ser por mis
            preguntas, mientras busco con ella y con otros dos delegados, Arturo
            Boni Díaz y Roberto Oma Valdés, los pormenores en la vida diaria
            de quienes han sido electos para representar al pueblo. 
            Los tres residen en el
            municipio capitalino del Cerro, exactamente en la demarcación de
            Las Cañas, cuya población supera los 17 600 habitantes. Conforman
            junto a otros once delegados y a los representantes de los Comités
            de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas y de
            cinco centros laborales del territorio, el Consejo Popular de 22
            miembros, que funciona en la zona. 
            Durante años se ha
            tratado de evitar confusiones acerca del papel de los delegados de
            circunscripción, pues debido a errores y mal entendidos, muchos los
            asocian al mero trámite de problemas y a la distribución de
            recursos deficitarios. Cuando llego al local del Consejo Popular de
            Las Cañas, es ese el tema en discusión, mientras los delegados son
            consultados por su experiencia en cualquier asunto, en este caso
            sobre las prioridades más justas ante una distribución de
            materiales como papel de techo y muebles sanitarios. 
            No obstante, aclara
            Genoveva, las decisiones se toman en colectivo: en las cuadras
            mediante comisiones de vecinos y dentro de la zona por los análisis
            en el Consejo Popular. Ningún delegado puede defender a ultranza el
            "pedacito" donde vive, y finalmente todos los trámites
            para el suministro de los materiales y la supervisión sobre su
            correcto uso por parte de los beneficiados, constituyen
            responsabilidades de las entidades administrativas. 
            Aunque a diario y por
            diferentes vías, los 14 delegados de Las Cañas están al tanto de
            la situación en las comunidades donde viven, las dos rendiciones de
            cuenta que hasta ahora han ofrecido a sus electores aportan valiosa
            información acerca de las insatisfacciones, necesidades y
            posibilidades de promover la participación popular en sus barrios.
            Para hacer realidad ese último empeño crearon, por ejemplo, 36
            comisiones de vecinos encargadas de impulsar distintas labores. 
            En la primera ronda de
            reuniones, celebrada entre abril y mayo de este año, recibieron 185
            planteamientos de los electores, de los cuales 56 se hallan
            pendientes de solución. Durante la segunda oportunidad, concluida
            recientemente, la cifra ascendió a 231, y casi todos ya han sido
            discutidos con las entidades correspondientes. 
            Para Arturo Boni,
            también vicepresidente del Consejo Popular, el conocimiento de las
            quejas, insatisfacciones y sugerencias de los electores, unido a las
            consiguientes gestiones de los delegados, conforman un amplio
            abanico de asuntos que encaminan la labor de control y
            fiscalización del Consejo. 
            Si se compara con años
            anteriores, indica, han mejorado la actitud y el desempeño de las
            administraciones, pues la inmensa mayoría de los requerimientos
            recibe atención. 
            Cualquiera de los
            delegados en Las Cañas tendría buenos y malos ejemplos para
            ilustrar el comentario de Arturo. Quizás el más evidente sea el
            quehacer de Aguas de La Habana en ese territorio. En los últimos
            tiempos, refiere, esa empresa ha mejorado notablemente el suministro
            mediante importantes inversiones y mayor calidad en los arreglos.
            Pero aún quedan "lagunas". Muchas veces, señala, otros
            vecinos o nosotros mismos reportamos salideros y se demoran meses en
            mandar a los operarios. 
            Durante seis meses,
            apunta Genoveva, hubo una rotura en la conductora de
            Marino-Palatino, lo que provocó el hundimiento de aceras y del piso
            en la sala de la casa de una de nuestras electoras. El vertimiento
            se eliminó, pero todavía ninguno de los representantes de Aguas de
            La Habana ha ido a la vivienda de la compañera a ofrecerle tan
            siquiera una disculpa. 
            Son anécdotas sin
            ánimo de lamentaciones, tratan de demostrar cuánto hay de
            perfectible en cualquier ámbito de la vida cotidiana. Así lo
            observa Roberto Oma, quien a diferencia de sus colegas, ejerce por
            primera vez el mandato como delegado. 
            Para nosotros, agrega,
            es algo habitual discutir cada mes los problemas de la zona, las
            posibles soluciones y ayudarnos unos a otros a la hora de realizar
            los trámites. 
            No son las autoridades
            del Cerro ajenas a conflictos como los relatados aquí. Su Asamblea
            Municipal del Poder Popular acaba de discutir en su más reciente
            encuentro la situación de las redes de acueducto y los
            alcantarillados, así como la actuación de las dependencias
            administrativas responsabilizadas. 
            Con antelación, destaca
            la presidenta del Consejo, la comisión permanente de Redes
            Técnicas hizo un estudio detallado, y después, el día anterior a
            la sesión, todos examinaríamos el tema agrupados en comisiones. 
            A partir de ahí,
            informa, Aguas de La Habana estableció un despacho semanal para ver
            de forma ágil los problemas del Cerro, y su evolución será
            considerada en una próxima sesión extraordinaria de la Asamblea. 
            No establecemos,
            advierte por último Genoveva, una lucha de contrarios. Compartimos
            intereses comunes, pero eso no significa que no debamos buscar
            juntos las soluciones a los problemas de la población.  |