A cargo de GUILLERMO CABRERA ÁLVAREZ

No es habitual acudir a la máxima dirección de este Órgano de Prensa a fin de tratar o intercambiar sobre temas publicados. Lo hacemos en esta ocasión —lo pluralizo por lo ampliamente colegiado que ha sido cada paso— porque el asunto, el momento y la trascendencia, así lo requieren.

El tema que nos ocupa fue publicado en la sección Abrecartas el día 28 de octubre del año en curso, espacio de amplio seguimiento popular por la sensibilidad de los problemas que aborda. Los hechos reflejados ocurrieron el día 10 de octubre del presente año, poniéndose (muy someramente) en conocimiento del compañero Guillermo Cabrera por parte de la cliente el día 16 a través del correo electrónico. El 20 de octubre (10 días después), la promovente le envía correo más detallado —a manera de cuento corto con el título La mochila, versión que se pública en la referida Sección con fecha 28 de octubre (18 días después) como transcripción casi fiel del original, pues el compañero Guillermo sólo eliminó la frase "prefiero el anonimato..." y la despedida—, y con carácter anónimo por razones que solo conoce su autora y que el compañero Guillermo respetó.

Debemos expresarle la conmoción que causó tal publicación, no sólo en nuestro colectivo —pues no se trataba de una queja publicada, sino de un relato anónimo—, con una conclusión del periodista que comprometía a todos los trabajadores y dirigentes de nuestra Entidad...

La respuesta inmediata fue el esclarecimiento, la vergüenza, la verdad y la reafirmación revolucionaria. El colectivo de trabajadores colaboró de forma abierta y precisa al análisis de lo sucedido, y solicitando en todo momento la presencia de la reclamante, y a pesar de no contar con la aprobación de la misma, pusieron en nuestras manos todos los detalles que nos servirían para tomar las medidas correspondientes.

Se convocó a una asamblea con los trabajadores, donde se hizo un llamado a la defensa de los valores de nuestra Revolución, con la presencia de nuestro Consejo de Dirección y los factores del Centro, así como funcionarios del Sindicato Nacional, Provincial y Municipal de los trabajadores del Comercio, la Gastronomía y los Servicios, la cual constituyó una verdadera muestra de apoyo a las medidas de prevención del delito, la corrupción, las indisciplinas e ilegalidades, señalándose y criticando abiertamente los errores cometidos, y asumiéndolos con vergüenza, aun cuando los hechos narrados distan de la realidad en un por ciento.

Los compañeros implicados han sido sancionados política, laboral y moralmente, por lo que les corresponde. (Francisco Gras Leyva. Gerente General, Sucursal Plaza Carlos III. Corporación CIMEX)

La carta está dirigida a mi director, quien me ha pedido no polemice. No tengo ánimo de hacerlo. Hemos escogido solo los fragmentos que informan de las medidas tomadas, no otras consideraciones del remitente que pueden ser discutidas por otras vías.

Agradecemos el civismo de la lectora y su confianza en que se actuaría enérgicamente ante hechos de este tipo. Por eso existe nuestra Sección.

No se preocupen los remitentes por la forma, ocúpense del fondo. Este periodista no es fiscal ni nada parecido. Es un revolucionario que echa rodilla en tierra con cualquier causa que considere justa, y las asume hasta las últimas consecuencias. Lo dicho fue verdad.

Escríbanos: Sección Abrecartas
Periódico Granma
CP 10699. Habana 6

 

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