Renoir en la posteridad

Andrés D. Abreu

Algunos de los filmes que integran el homenaje al extraordinario realizador francés Jean Renoir corren ya por las pantallas habaneras desde que ayer jueves se presentara este acontecimiento del XXV Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en la sala La Rampa con la película Naná (restaurada y con música en vivo ejecutada por Ernán López Nussa) y ante la presencia de Guy Cavagnac, organizador de la muestra, productor y último asistente del polémico realizador de La regla de juego, Almuerzo sobre el césped y La gran ilusión, entre otros filmes que podrán ser vistos durante estas jornadas de Festival.

Los títulos anunciados, según Cavagnac, han sido seleccionados de acuerdo con tres épocas: el cine mudo, el de preguerra y el de posguerra; y atendiendo a las grandes obsesiones del artista: el pensamiento de su padre, el gran pintor Renoir, el tema del agua y las preocupaciones sociales.

No están en La Habana todas las películas que este admirador, colaborador y amigo del cineasta hubiese querido mostrar, pues su último título, El pequeño teatro de Renoir, una obra muy bella y poco vista, quedará como una deuda con el público cubano, pero forman este homenaje 10 obras que permitirán el reencuentro con un autor singular que gustaba de hacer un cine para el disfrute de los espectadores y que desde una su libertad creativa dejó un estilo premiado con justicia por la posteridad.

 

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