Comienza mañana la Serie Nacional
Oriente: Naranjas maduras
Villa Clara, el más
completo. Santiago... si el pitcheo. Granma viene mejor
SIGFREDO BARROS
No
creo descubrir ningún secreto si afirmo que en la XLIII Serie
Nacional cuya inauguración será mañana a las 2:00 p.m., en el
estadio Latinoamericano con el juego Industriales vs. Villa Clara,
el panorama en la región oriental aparece mucho más complicado que
en el Oeste y, por consiguiente, pudieran producirse algunas
sorpresas.
Claro, favoritos hay. Villa
Clara, actual subcampeón nacional, clasifica sin duda como el
conjunto más completo de todos. Su línea central es una de las
mejores del torneo: Pestano, Paret, "Riquimbili" Betancourt y Olano
u Oscar Machado, este último en un inesperado "comeback". Y en el
cuerpo de pitcheo militan Vladimir, el zurdo Zaidel, Roidel
Enríquez, Borroto, Yulexis Ulacia, todos con experiencia y calidad.
Tiene equipo Víctor Mesa para llegar lejos.
Paret será otra vez la bujía naranja.
Deben de clasificar sin
muchos contratiempos y adentrarse en los play off, al igual que Camagüey,
pese a la renovación en sus filas —no están, entre otros,
Teófilo Pérez, Mario Denis, Orlando González, Raúl Reyes,
Lázaro Ortiz—, aunque, quizás, la inyección de sangre joven
anime a un equipo que, precisamente, entusiasmo le ha faltado a la
hora de la verdad. Si dos hombres como Leslie Anderson y William
Luis batean lo que de ellos se espera, los agramontinos cuentan con
tiradores de clase como muy pocos, algo imprescindible si se quiere
aspirar a más.
Pero si de renovación
hablamos, Santiago de Cuba se lleva las palmas. Ya no están
Fausto, ni Cajigal ni Cutiño y en el cuerpo de lanzadores ocupan
los puestos de Rubén Rodríguez, Elizardo Guillart, Enobel
Márquez, etc., un total de siete pitchers novatos. Incluso, ¡hasta
cambiaron de cargabate!, Fernando Hechevarría por el sempiterno
Pileta.
De Frangel Reynaldo me
hablaron encomiásticamente en Panamá. Pero dirigir en Chiriquí no
es lo mismo que en la Serie Nacional cubana y el psicólogo-mentor
tendrá que apelar a todos sus conocimientos (y tiene muchos) para
poder encaminar la nave indómita hacia Puerto Victoria.
De Granma se
pudiera escribir mucho. El veteranísimo Carlos Martí (no por
años, sino por fértil experiencia) contará ahora con un bateador
que mucha falta le hacía —Marcos Naranjo—, y el Novato del
Año, Yordanis Samón, tiene ya un año de oficio en esta lid.
Vuelve Ernesto Guevara —ojalá que para bien—, quien junto a
Ciro Silvino, Yunier Rodríguez, Miralis, Misael, Vega, componen un
elenco de lanzadores capaz de ganar más de 50 juegos. Vienen mejor
este año los granmenses, sin duda.
No puedo decir lo mismo
de Holguín. Les faltan Rodríguez Williams y Juan Rondón,
dos elementos importantes. Y si es cierto que poseen un buen elenco
monticular —Luis Miguel, Orelvis, los zurdos Silva y Gil—,
estarán ausentes Juan Enrique Pérez y Yoanis Duboys, otras dos
bajas sensibles. Héctor Hernández es un buen mentor y los llevó
en el 2001 al triunfo. Pero, al menos que yo sepa, no es mago ni
ilusionista.
Ciego de Ávila
estrena a un mentor, Miguel Alban. y solo cuatro novatos. Es,
básicamente, el mismo equipo, que depende muchísimo de la ofensiva
a desplegar por Yorelvis Charles, Danny Miranda, Mario Vega, Roger
Poll, Martínez Dorta, para sustentar a un pitcheo sin grandes
figuras, al cual mucho debe de ayudar el estelar Roger Machado, toda
una garantía detrás del plato.
Lamentablemente, en
nuestro deporte nacional se han quedado atrás Las Tunas y Guantánamo.
Si en la pelota se llegará a la cima por promedio de bateo, los
tuneros serían campeones: Urrutia, Danel, Joan Carlos, Amaury
Suárez, Norlis, etc., le dan a la Mizuno 150 en la cara, como se
dice popularmente. Pero no tienen lanzadores de puntería. Similar
es el panorama de los del Guaso, otra vez con Epifanio Dominico
Simpson en el puesto de mando, con Roberquis, Benavides y Giorvis
formando una trilogía zurda de respeto... pero con brazos
inefectivos a la hora de lanzar.
Hasta aquí llegamos.
Tiempo y espacio no dan para más. Dentro de pocas horas, los
cubanos volveremos a vibrar al compás de la veleidosa y blanca
esfera, viva y en juego una vez más. |