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Disyuntiva en Seminario Internacional de la UNESCO Turismo, ¿lo peor o lo mejor para la cultura? Pedro de la Hoz Desde un primer momento, la pregunta cundió en el ánimo de todos: ¿será el turismo lo peor o lo mejor para la cultura de los pueblos? Pero también desde ese mismo instante comenzó a prevalecer una reflexión armónica y progresiva, encaminada a despejar el camino hacia una articulación entre vida espiritual, patrimonio, identidad e industria del ocio.
Bajo esas premisas comenzó a sesionar ayer en La Habana el Seminario Internacional sobre Diversidad Cultural y Turismo, auspiciado por la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe (ORCALC) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Se trata de una reunión de expertos de alto nivel, que se extenderá hasta mañana jueves, que pretende renovar el pensamiento acerca de los conflictos que se presentan entre la explotación turística y los perfiles culturales de las naciones, de modo tal que afloren propuestas conceptuales y prácticas de utilidad para quienes en uno y otro campos toman decisiones. Al inaugurar el Seminario, el doctor Francisco Lacayo, director de la ORCALC, destacó la pertinencia de la agenda toda vez que la industria del ocio se prefigura como uno de los sectores más expansivos en las economías del naciente siglo XXI. Para Lacayo ha llegado la hora de que la cultura esté en el centro de la mesa donde se definen las políticas de desarrollo y no en la puerta a la espera de que se le concedan los restos de los repartos presupuestarios. Por la parte cubana, Rubén del Valle, viceministro de Cultura, dio la bienvenida a los expertos y expresó la voluntad de los ministerios de Cultura y de Turismo de ofrecer a los participantes nuestras experiencias. Entre las voces más autorizadas en la materia, se encuentran en La Habana el francés Hervé Barre, especialista de la UNESCO, y los académicos Jafir Jafary, de Estados Unidos, y Antonio Carlos Souza, de Brasil. |
