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Estudio del Rotavirus
Proyecto científico bloqueado
Orfilio
Peláez
A la larga lista de
acciones emprendidas por el Gobierno de los Estados Unidos para
arreciar el criminal bloqueo e impedir cualquier intento de
intercambio científico con Cuba, acaba de sumarse el rechazo
reciente de la administración Bush a permitir que centros de
investigación norteamericanos financiaran en nuestro país un
proyecto de estudio sobre Rotavirus.
En Cuba las muertes por enfermedades diarreicas agudas en lactantes y menores de cinco años se han reducido al mínimo.
Vista desde el prisma
obcecado del imperio, la medida pretende quizás revertir el
sostenido decrecimiento de la tasa de mortalidad infantil de esta
pequeña nación del Caribe, que con su índice de 6,5 en el 2002
clasifica entre las más bajas del orbe, e incluso, es inferior a la
registrada por la vecina superpotencia el pasado año (7,0).
Y es que según explicó
a Granma el doctor Raúl Riverón Corteguera, profesor
titular y consultante de Pediatría, de la Facultad de Ciencias
Médicas Calixto García de la Universidad Médica de La Habana, el
Rotavirus es una enfermedad viral altamente contagiosa, la cual
provoca un cuadro severo de vómitos, diarrea y fiebre, sobre todo
en lactantes y niños, al extremo de que con frecuencia lleva a la
deshidratación y puede requerir ingreso en Unidades de Terapia
Intermedia e Intensiva.
Para que se tenga una
idea más clara de su frecuencia y agresividad, comenta el profesor
Riverón, baste señalar lo siguiente: Es responsable de más de 125
millones de casos anuales en niños menores de cinco años y de la
tercera parte de todas las hospitalizaciones reportadas a nivel
mundial.
Anualmente, ocasiona
entre 600 000 y 800 000 defunciones en la población infantil por
debajo de los cinco años, sobre todo en las naciones del Tercer
Mundo, y su incidencia es mayor en la etapa comprendida entre los 4
y los 36 meses.
Ningún país está
libre del asedio de esta familia de virus, y hasta en los propios
Estados Unidos las diarreas causadas por Rotavirus provocan gastos
en prestaciones sociales cercanos al billón de dólares por año.
Considerado un verdadero
azote para buena parte de la población del planeta, las
manifestaciones clínicas de la infección tienen un comienzo brusco
con frecuentes vómitos y diarreas líquidas abundantes, que pueden
durar de 3 a 8 días.
Dicho cuadro viene
acompañado de fiebre moderada presente entre el 30 y el 50% de los
casos, con dolor abdominal y deshidratación que puede ser intensa y
acompañarse de acidosis metabólica, si no es tratada
oportunamente. En niños desnutridos, la evolución es mucho más
severa.
El doctor Riverón,
quien es presidente de la Comisión Nacional de Enfermedades
Diarreicas, subrayó que en nuestro medio circulan varios tipos y
subtipos de Rotavirus, cuya principal vía de transmisión es
fecal-oral, aunque también puede contraerse a través del agua,
alimentos contaminados, o juguetes infectados, y tienden a ser más
frecuentes en los meses invernales.
Gracias al Programa
Nacional de Lucha contra las Enfermedades Diarreicas Agudas y pese a
todas las limitaciones impuestas por el bloqueo, nuestro país ha
reducido al mínimo posible las muertes de niños por este
padecimiento, altamente asociado a los Rotavirus.
Como bien afirmó hace
unos días el doctor Damodar Peña, ministro de Salud Pública, el
proyecto para el estudio del Rotavirus previsto con diferentes
centros de investigación de los Estados Unidos, hubiera permitido
conocer una serie de elementos, que serían esenciales a la hora de
trabajar en el desarrollo futuro de una probable vacuna, la cual
tendría un gran impacto en la prevención de la mortalidad por
diarreas de cientos de miles de niños del mundo en desarrollo.
Otra vez la soberbia
imperial pone trabas y muros a la colaboración científica con
Cuba. La suerte de tantos infantes inocentes en América Latina,
Asia y África, no parece importar a los señores de la guerra,
verdaderos farsantes en la supuesta defensa de los derechos humanos. |