A pesar del bloqueo el tabaco cubano recorre el mundo

Las presiones yankis para asfixiar la Revolución triunfante tuvieron en cuenta ese sector, de ahí que las afectaciones comenzaran aún antes de decretarse por una orden ejecutiva del Presidente de Estados Unidos el bloqueo económico en 1962

OLGA CRESPO PORBÉN
Servicio Especial de la AIN

En el lejano 4 de noviembre de 1492, en el cacicazgo taíno de Maniabón, al este de Cuba, integrantes de la tripulación de Cristóbal Colón observaron asombrados como los aborígenes quedaban extasiados al llevarse a los labios unos tubos de hojas.

Así conocieron por vez primera lo que luego llamarían tabaco, hecho del cual el propio fray Bartolomé de las Casas dejó constancia escrita en su diario y que confirma la paternidad cubana del cultivo de la Nicotina Tabacum.

Por su excelencia, pronto el producto de la antillana isla fue considerado como el mejor del mundo y sus vegas eran y son las únicas en proporcionar todos los ingredientes para elaborar un puro: la tripa, el capote y la capa.

Con el paso de los años la solanácea llegó a convertirse en uno de los rubros exportables más importantes del país y en medio de subsistencia de decenas de miles de familias, pues solo para elaborar los codiciados habanos existían más de mil industrias a finales de la década de los 50 del pasado siglo.

Lógicamente, las presiones yankis para asfixiar la Revolución triunfante el primero de enero de 1959 tuvieron en cuenta ese sector, de ahí que las afectaciones comenzaran aún antes de decretarse por una orden ejecutiva del Presidente de Estados Unidos el bloqueo económico en 1962.

Más del 70 por ciento de las importaciones estadounidenses de tabaco en rama y torcido provenían de la ínsula, en tanto del total de las exportaciones cubanas las dirigidas hacia esa nación ocupaban una posición preponderante en cuanto a volumen y el primer lugar en valores al estar los precios promedios entre los más altos.

Ya en el propio año 1962 por la disminución de las compras se había perdido casi el 87 por ciento del mercado norteamericano de tabaco torcido, con perjuicios millonarios para la economía y la obligatoriedad de realizar esfuerzos a fin desarrollar el comercio con otras naciones.

Durante los últimos cuatro decenios la dinámica del mercado estadounidense ha sido creciente con incrementos notables de las importaciones, sobre todo en el período del llamado boom tabacalero, en la década de los 90.

Sin embargo, a causa del bloqueo los cubanos han estado imposibilitados de competir en ese ámbito en el que los mayores dividendos los obtienen República Dominicana, Honduras y Nicaragua, países que en su conjunto representaban sólo el 1,3 por ciento de las compras de tabaco torcido, cuando Cuba asumía el 79,4.

En cuanto al tabaco en rama, las afectaciones fueron todavía mayores, ya que Estados Unidos era su principal destino en volúmenes y valores, mientras fue más difícil la recuperación de los niveles de ventas debido al uso del producto como materia prima para la confección de cigarrillos y puros.

Debían transcurrir 20 años de decretado el bloqueo para que se alcanzara nuevamente los niveles históricos de exportación, que anteriormente abarcaba casi el 80 por ciento del mercado estadounidense.

La guerra económica contra Cuba también se hizo sentir con la introducción en las plantaciones tabacaleras de la enfermedad del moho azul, la cual provocó cuantiosos daños al punto de afectar el 20 por ciento de la cosecha 79-80 y obligó a importar productos químicos sumamente costosos.

Igualmente, las restricciones impuestas para la adquisición de combustibles, piezas de repuesto, medios para la protección del cultivo y fertilizantes incidió negativamente en los rendimientos agrícolas.

Gravitó también sobre el sector tabacalero la prohibición de usar el dólar de los Estados Unidos en las transacciones comerciales y financieras externas, lo que incrementó los costos operacionales en 61 millones de pesos en divisas.

Según un informe elaborado en febrero del 2000 por la empresa Habanos S.A., en total las afectaciones como consecuencia del bloqueo ascienden a más de mil 100 millones de dólares.

Semejante cifra, basada en cálculos conservadores, incluye desde las necesarias erogaciones que el país se vio obligado a hacer para reorientar su tradicional mercado hasta el desembolso financiero con el fin de combatir el moho azul.

La abrupta ruptura del vínculo comercial con Estados Unidos constituyó un duro golpe para el sector tabacalero cubano, el cual tras un notable esfuerzo y un significativo costo monetario logró alcanzar y sobrepasar los niveles de exportación existentes antes del triunfo de la Revolución.

Sin embargo, las pérdidas ocasionadas en estos años por el injusto rompimiento ha repercutido desfavorablemente en el bienestar y nivel de vida de los residentes en la Isla, quienes a pesar de todo viven orgullosos de que su tabaco continúe siendo el mejor del mundo. (AIN)

 

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