SIGFREDO BARROS 
Enviado especial

CIUDAD DE PANAMÁ.— Si nos obligaran a calificar con una puntuación de 1 a 10 a la jornada inaugural de este II Torneo Preolímpico de América, no nos quedaría más remedio que otorgarle un 5. Demasiada improvisación fue el elemento esencial que lastró el programa. Aglomeración de personal en el terreno, falta de sillas en el palco de prensa (solo había dos), escasez de público —no llenó ni la cuarta parte de la capacidad total de 27 500, a pesar de que se publicó en la prensa que habría servicio gratis de transporte—, y un alarde de pirotecnia que no se correspondió con el espectáculo artístico, carente de imaginación. Lo más llamativo resultó la tremenda rechifla que los asistentes le prodigaron al Presidente de la Federación Panameña de Béisbol, quien declaró en el Mundial (después de la primera derrota de Panamá, ante Estados Unidos), que destituiría al mentor Omar Moreno y cambiaría por completo la integración del equipo. Ya en el terreno, si bien es cierto que Panamá derrotó a la modesta Colombia, no lo es menos que su ofensiva no funcionó a toda capacidad. Diez jits, de ellos 3 dobles, un triple y un jonrón de Asprilla, además de cinco bases por bolas, solo produjeron seis carreras, en buena medida por la extrema lentitud de sus jugadores, incapaces de ganar una base extra. Si los actuales subcampeones mundiales aspiran a más en esta lid, tienen que mejorar mucho en ese aspecto esencial del béisbol: la velocidad en función del ataque.

MINIENTREVISTAS

Nicaragua nos brindó un poco de ayuda con sus tres errores, pero nosotros no estuvimos al ciento por ciento, mis jugadores parecían algo oxidados. A partir de ahora será distinto, aunque una ventaja de 7 carreras no es despreciable. No, no se quién será mi abridor contra Panamá. (Frank Robinson, mentor de EE.UU.).

No, no me molestó el calor panameño. Nosotros jugamos topes de confrontación en Arizona, con más calor. Estuve en Taipei hace dos años, y perdí vs. Nicaragua, 2-6. Ahora todo fue diferente, combiné muy bien mi recta con la curva y el cambio. (Jason Stanford, pitcher ganador).

 

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