Una situación muy distinta a la
reinante a finales de la década anterior tiene hoy la actividad
portuaria de exportación e importación en la provincia holguinera,
donde solo quedó el trasiego de cabotaje.
De nuevo buques de distintas
nacionalidades vuelven a topar los espigones de las tres terminales
del territorio, cuya manipulación en lo que va de año reportó
utilidades por cerca de 90 mil dólares a la economía cubana.
El arribo de mayor número de navíos
a los puertos de Vita, Felton y Antilla, permitió a la Empresa de
Servicios Portuarios de Holguín reducir significativamente el costo
por peso de las operaciones y elevar la productividad por hombre a
casi el 154 por ciento.
Los niveles alcanzados en la
exportación de azúcar, mieles y chatarra, más la importación de
carbón, alimentos, combustibles y otras mercancías, permiten a la
entidad holguinera trabajar por la implantación del Sistema de
Perfeccionamiento Empresarial.
Bajo los principios que rigen ese
proceso quedará oficializada la expansión de su objeto social,
ampliándolo al alquiler de equipos y medios, y también la
prestación de servicios a terceros.
En suma, la actual situación en que
se desenvuelven las labores portuarias en Holguín difiere mucho a
la de los años finales del siglo XX, cuando Cuba perdió el 70 por
ciento de todas las cargas importadas del entonces campo socialista
europeo y la desintegrada Unión Soviética.