Vencer por hambre a los cubanos: objetivo 
de Estados Unidos

BARTOLOMÉ MARTÍ PONS
Servicio Especial de la AIN

El hacer presa del hambre a una gran cantidad de cubanos fue un objetivo manifestado en junio de 1959 por el entonces Secretario de Estado, de Estados Unidos, Christian Herter, y tales propósitos no han variado desde entonces.

La reunión en la cual ese personaje tuvo tan siniestra expresión fue realizada inmediatamente después de promulgada la Ley de Reforma Agraria en Cuba y enmarcó el macabro designio dentro de las "medidas de guerra económica".

Otros documentos desclasificados, al igual que el que revela el contenido indicado, dan fe de decisiones y acciones enfiladas a idénticos fines, incluso anteriores a las mencionadas y también auspiciadas por Eisenhower, el presidente de turno.

Una cifra superior a los cuatro mil millones de dólares le ha costado a la agricultura cubana, sin incluir la azucarera, el bloqueo impuesto por los Estados Unidos a la mayor de las Antillas y que dura ya más de 40 años.

El sector agropecuario, como toda la economía del país, sufría una absoluta dependencia de la nación norteña antes de 1959, y muy especialmente en lo relacionado con la tecnología y el mercado.

La casi totalidad de los tractores, implementos agrícolas y equipos de riego de que disponía la Isla en 1959 eran de procedencia norteamericana, por lo cual el drástico corte en el suministro de los insumos correspondientes puso en desuso de forma prematura el parque existente.

Tal circunstancia afectó sensiblemente la capacidad de ese vital sector para garantizar la seguridad alimentaria de la población y, por otra parte, la sustitución anticipada de dicha maquinaria provocó gastos extra.

Lo anterior no incluye los perjuicios derivados por la reposición de máquinas herramientas, herramientas especializadas y otros medios empleados en el servicio de mantenimiento y reparación de los citados equipos, ni la recalificación de los técnicos y operadores cubanos para poder explotar la nueva técnica adquirida.

La compra en mercados distantes de semillas de papa y hortalizas, fertilizantes, productos químicos y materias primas para elaborar pienso, ha incrementado los costos por concepto de flete, originando daños económicos ascendentes a más de dos mil millones de dólares.

Igual situación registran las importaciones de maquinarias, implementos, transportes automotores y sus remolques, que ascendieron a decenas de miles de equipos.

Sobre los fondos exportables, particularmente café, miel y tabaco resultan muy superiores los gastos, al impedir los Estados Unidos que se reciban ingresos directos en dólares e incurrir en erogaciones extras por fletes hacia mercados europeos y asiáticos.

Los ejemplos citados son solo una muestra de los tenaces y criminales esfuerzos realizados por 10 administraciones norteamericanas para rendir por hambre al pueblo cubano. (AIN)

 

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