Camazán tiene su historia

ALEXIS ROJAS AGUILERA

BÁGUANO, Holguín.—Hay que ser muy maestro, como Eliades Guerrero Morales, para trascender el ámbito del aula e irradiar cultura en la comunidad. Él, con sus pequeños alumnos, ha emprendido el inédito camino de desentrañar lo vivido por Camazán desde sus orígenes. Un empeño de historia local que asombra.

Foto: JUAN PABLO CARRERASLa clase continúa justo en el sitio donde reposan los restos del capitán Andrés Marrero Osorio, hijo del bravo general mambí Remigio Marrero Álvarez.

Con un orgullo nacido de lo profundo del corazón, este hombre de 54 años de edad con quien converso, afirma: "Soy maestro primario desde hace 34 años, y aunque he ocupado responsabilidades en el Ministerio de Educación, lo mío es el aula. Ahora imparto de tercero a sexto grados en la escuela rural Eduardo García Delgado".

Licenciado en Educación Primaria, formó parte del primer grupo que recibió título en 1985 en el teatro Carlos Marx, en acto presidido por Fidel, y ese es —confiesa— uno de los principales momentos de su vida, confirmación de que eligió con vocación, por lo que siente ser útil educando y formando niños a partir del ejemplo personal.

Antes de descubrir el magisterio, gustaba escuchar las narraciones de los más viejos, imaginarse cómo fueron los tiempos pasados, conocer detalles de los hechos acaecidos. "La historia, sobre todo la de Cuba, es para mí una afición hermosa."

"Un día me pregunté: ¿Qué sé, qué saben mis vecinos y mis niños de la historia de este sitio que habitan; qué hicieron en siglos los hijos de Camazán, qué aportes ofrecieron a la Patria?

"Entonces comprendí que solo no podría desentrañar la telaraña del tiempo, pero sí podía intentarlo con el apoyo de mis niños, sus padres y los abuelos. Era cuestión de involucrar a muchos en el esfuerzo por conocer quiénes éramos, y de dónde veníamos.

"Por eso hemos avanzado en el empeño de reconstruir la historia de esta localidad, que ahora tiene apenas 350 habitantes, tres asentamientos y forma parte del Consejo Popular de El Manguito; más que un resultado personal es un logro colectivo que encauzo, en el que la labor del Círculo de Interés de Historia Local de la escuela —con reconocimientos en el municipio—, tiene un papel importante."

En los restos de una trinchera de piedras construida por los soldados españoles, ahora sepultada por el monte, la clase toca a su fin.

Así logramos conocer la génesis del barrio (allá por 1758) y el proceso que condujo hacia 1819 a convertir a Camazán, como parte del partido de Tacámara, en centro de un grupo de asentamientos como El Manguito, Don Pedro, Doña Juana, El Clarito, Cañada Majagua, Guayacanes, Cuevitas y Limoncito, donde habitaban en 1898 unas 1 257 personas y cubría una extensión de 102 km2.

También concentra más la labor investigativa en la segunda mitad del siglo XIX, con énfasis en lo acontecido aquí en el periodo de las Guerras de Independencia. Sobre esta etapa Eliades tiene escrito un texto.

Es en este instante del diálogo, cuando el maestro, rodeado de sus niños, recrea momentos cumbres de esta historia desconocida o poco conocida que ayudaron a escribir 26 vecinos de Camazán, sus veteranos amados, de ellos 15 con sus restos en el viejo cementerio del barrio, quienes se unieron a las tropas de Máximo Gómez, Calixto García, Antonio Maceo y otros jefes que combatieron en la zona.

Con igual tono y ritmo cuenta —y de hecho ofrece una clase— sobre la estancia (septiembre de 1895) del Titán de Bronce por estos lares, cuando concentraba tropas para iniciar poco después, desde Baraguá, la invasión hacia Occidente, y menciona los movimientos realizados, las cartas y órdenes, y el ascenso de este, emitido en Camazán, al cargo de Lugarteniente General del Ejército Libertador.

También relata combates y emboscadas presenciadas en la comarca por el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, en 1872, entre ellos el de la loma de los Rejondones de Báguano, con fuertes bajas para los colonialistas, y la concentración de las tropas mambisas en La Aguada de Camazán para celebrar estas victorias y otras conseguidas en la región de Holguín.

"Esta búsqueda, me ha aportado conocimientos que antes no tenía, de extraordinario valor para mi labor como docente.

"Pero además es una alegría que mis niños estén incorporados a este proceso de estudio, pues no solamente obtienen conocimientos, sino que van adquiriendo valores y cualidades importantes: patriotismo, compañerismo, sentido de pertenencia a la comunidad, orgullo por la contribución de sus ancestros, aprecio por la lucha actual que libra nuestro pueblo y compromiso con esta obra."

 

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