La
vendimia o cosecha de uvas parecía cosa de otras latitudes, hasta
que la proliferación de un viñedo en la localidad pinareña de San
Cristóbal preludia abundantes recogidas en febrero del próximo
año.
Los frutos sustituirán parte de las
importaciones de mostos italianos para la planta productora de vino
perteneciente a la empresa Bodegas San Cristóbal, en posición de
comercializar dentro y fuera del país hasta cuatro millones de
botellas anualmente.
En los campos de Bermejales, a cinco
kilómetros de esa industria, crecen a manera de prueba seis
hectáreas de igual número de variedades de la vid, de un programa
de 30 de esas unidades de área atendidas por 15 integrantes del
Ejército Juvenil del Trabajo.
A esos suelos ferralíticos, al pie
de las montañas, llegaron 8 000 clones donados por Vivai
Cooperativi di Rauscedo, de Italia, que deberán aportar 20
toneladas por hectárea en dos cosechas al año, según técnicos de
Venezuela, asesores versados en la siembra de uvas en el Trópico.
Del total plantado ahora por los
sistemas de emparrado y espaldero, la mayor parte se destinará a la
industria vinatera y el resto a abastecer el fruto fresco a
instalaciones turísticas, variantes que auguran factibilidad de
mercado a la inversión de este viñedo ascendente a 120 000
dólares.
Así se inicia el camino en pos de
contribuir al completamiento del ciclo de producción de esas
bebidas ya famosas de las bodegas San Cristóbal, mientras esta
localidad pinareña prepara la fiesta de una gran vendimia en Cuba.
(AIN)