NACIONES UNIDAS, 6 de octubre (PL).—
Cerca de mil millones de personas en el mundo viven hoy en los
llamados barrios miserias, según concluyó el Programa de las
Naciones Unidas para asentamientos humanos en su análisis del año
2003.
Esa cifra representa el 32 por ciento
de toda la población urbana mundial y el 43 por ciento de la
correspondiente a los países en desarrollo, de acuerdo con la
fuente.
Pero para las 49 naciones
clasificadas por la ONU como las más atrasadas el porcentaje se
remonta a un 72,8.
El minucioso reporte difundido aquí
muestra que en esas áreas se sufren las condiciones habitacionales
más intolerables, caracterizadas por la inseguridad de los
residentes, ausencia de servicios básicos de agua y sanidad,
edificaciones endebles y hacinamiento.
Sus autores destacan sobre todo que
constituyen puntos de alta concentración de pobreza y privaciones
económica y social, que pueden incluir familias quebrantadas,
desempleo y exclusión física.
Les alarma también la alta
frecuencia de enfermedades como la tifoidea y el cólera y otras
oportunistas vinculadas con el VIH/SIDA.
Los barrios miserias son
identificados como "la primera parada" para inmigrantes
que les permitiría alguna protección con vista a una eventual
absorción en la sociedad urbana.
Pese a todas las desventajas
apuntadas se considera que sus moradores suelen ser en su gran
mayoría personas que luchan por forjarse una vida honesta, aún en
un contexto de extensiva pobreza y desempleo.
El propósito declarado de
ONU/HABITAT al revelar esa situación global es proporcionar un
nuevo ímpetu a gobiernos nacionales, autoridades locales y
organizaciones internacionales en el empeño de mejorar la vida la
población urbana en peores condiciones.
De acuerdo con las metas de la Declaración del
Milenio de las Naciones Unidas, se debe lograr un
significativo mejoramiento de las vidas de al menos 100 millones de
personas que habitan en barriadas marginales hacia el año 2020.