El nombre más honroso

SARA MÁS

Tres hechos asociados todos a la historia y los imperativos de la Revolución naciente, tuvieron lugar el mismo día, el 3 de octubre de 1965, en el antiguo teatro Charles Chaplin, hoy llamado Karl Marx.

En un acto muy anunciado, se hacía la presentación al pueblo del primer Comité Central del Partido, se daba a conocer el acuerdo de este de crear el diario Granma y Fidel leía emocionado, y ante un público expectante, la carta de despedida del Che.

En las lunetas del teatro, dirigentes partidistas de todo el país y numerosos invitados de la capital seguían atentos sus palabras.

"No hay episodio heroico en la historia de nuestra Patria en los últimos años que no esté ahí representado; no hay combate, no hay proeza —lo mismo militar que civil— heroica o creadora, que no esté representada", afirmaba entonces Fidel al referirse a la constitución del máximo órgano partidista entre un Congreso y otro.

En el Partido Comunista y su primer Comité Central se sintetizaban finalmente la voluntad y el impulso unitario que se había anhelado desde la manigua insurrecta por los primeros luchadores independentistas y que luego, a lo largo de los siglos, transitaría un camino difícil y no exento de contradicciones.

A este Partido Comunista lo había antecedido de forma inmediata, en 1963, la creación del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC), surgido a su vez de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), conformadas por el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular, las agrupaciones políticas revolucionarias que, cada una en su espacio y con estrategias propias, se habían enfrentado al régimen de la tiranía batistiana.

Según ocurrieron los hechos, el 29 de septiembre de 1965 la dirección nacional del PURSC aprobó la propuesta sobre la nueva integración del Comité Central y este a su vez tomó como primeros acuerdos el adoptar el nombre de Partido Comunista de Cuba y el de fundir los diarios matutinos nacionales Revolución y Hoy, para dar paso a uno nuevo, el Granma, su órgano oficial hasta la actualidad. Un nombre, aclararía Fidel, que es todo un símbolo de la concepción revolucionaria y el camino emprendido.

Los cubanos y cubanas recuerdan ese acto memorable, también, porque escucharon de la voz del líder cubano las sentidas palabras que en su despedida les legara el Che.

"Hay una ausencia en nuestro Comité Central de quien posee todos los méritos y todas las virtudes necesarias en el grado más alto para pertenecer a él y que, sin embargo, no figura entre los miembros de nuestro Comité Central", advertía el Comandante en Jefe para explicar luego, al leer aquella carta, el motivo profundamente humano e internacionalista que impedía estar en Cuba al Comandante Guevara.

Entre las muchas explicaciones de ese día, el líder cubano se refirió al nuevo nombre del Partido, que debía expresar no ideas del pasado, "sino lo que somos hoy y lo que queremos ser mañana".

"Cuando nos llamen comunistas —decía— sepan que nos llaman de la manera más honrosa que puedan llamarnos".

Ya fuera de aquel teatro, en la madrugada, periodistas, diseñadores, linotipistas y cajistas llevaban al plomo, y luego a la tinta, los cintillos y el papel, los acontecimientos de esa noche. Y aparecía para contarlo en la mañana del día 4, por primera vez, hace 38 años, el periódico Granma.

 

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