BOGOTÁ, 2 de octubre (PL).—
Un total de 41 crímenes pasionales se produjeron en cinco ciudades
colombianas durante el primer semestre de 2003, cifra que representa
un sensible incremento si se compara con los 91 registrados en 2001
en todo el país, indicaron hoy datos oficiales.
Estadísticas de la Fiscalía General
de la Nación, divulgadas por la prensa local, sostienen que los
celos constituyen la principal causa de las peleas conyugales que
terminan con el asesinato de una de las parejas, y en seis de los
casos el criminal se quitó la vida después.
El 69 por ciento de los casos
denunciados en 2002 tuvieron su origen en los celos, reveló la
Fiscalía en el foro Violencia en la Pareja, organizado por el
Departamento Administrativo de Bienestar Social (DABS), de Bogotá.
Por su parte, una investigación de
la entidad estatal Profamilia indica que de 1 138 mujeres
consultadas, el 47 por ciento reconoció que por celos eran
controladas insistentemente por sus respectivos compañeros sobre su
paradero.
Esa situación es dramática para el
31,4 por ciento de ellas, pues afirmaron que sus parejas les
impidieron el contacto con amigos y al 22,3 por ciento les
prohibieron o restringieron incluso las visitas familiares.
Asimismo, el estudio de Profamilia señala
que la forma más común de violencia contra las mujeres por los
hombres celosos es la de zarandearlas (cuatro de cada 10 féminas),
mientras los más agresivos intentaron estrangularlas.
Además, el 75 por ciento de los crímenes
pasionales en Colombia son cometidos por los hombres, quienes actúan
con más sevicia y de manera más premeditada, mientras las mujeres
son más impulsivas y pasionales.
Consultada por el diario El Tiempo,
la psiquiatra experta en familia Margarita Sierra apuntó que ha
aumentado la posibilidad de que las mujeres se enamoren y por otra,
los hombres tienen más féminas en sus oficinas.
Por ello, indica, han aumentado las
tentaciones y sin duda las relaciones extramatrimoniales, y si —añadió—
a eso se le suma un ambiente de tensión y miedo, los celos se
manifiestan más, pues en la misma medida que pierde la confianza en
sí mismo, pierde la confianza en el otro.
"Los celos tienen su raíz en
los instintos innatos, es la parte animal de defender mi posesión.
Cuando el nivel de estrés es alto, esa idea de posesión no pasa a
través del área frontal, de lo racional, sino que se manifiesta en
una forma animal. Y eso empeora cuando hay droga y alcohol de por
medio", advirtió Sierra al rotativo.