¿El parche antes de
que salga el grano?
RAFAEL PÉREZ VALDÉS
Los
campeonatos mundiales no se organizan cuando uno quiere. Tienen que
coincidir dos cosas: las posibilidades del país y que la
Federación Internacional otorgue la sede. Eso va a ocurrir con el
de esgrima en La Habana, el cual tendrá sus primeras estocadas a
partir del domingo, en PABEXPO...
A buen entendedor pocas
palabras bastan, sentencia un refrán.
El
tema de la organización, por ejemplo, parece estar fuera del campo
de preocupación. Lo han demostrado cada año las muy concurridas
Copas del Mundo Villa de La Habana, aunque este es un evento mayor.
Rene Roch, el presidente de la Federación Internacional de Esgrima
(FIE), nunca ha tenido duda en ese crucial punto.
Nos referimos más bien
a que la fortaleza actual de la esgrima cubana no es la de años
atrás, algo que debemos tener en cuenta antes de que comience el
primer combate, único momento en el cual el lector agradecerá se
le recuerde esa situación. A posteriori parecería una
justificación traída por los pelos.
La competencia más
cercana fueron los Juegos Panamericanos de Santo Domingo'03, en la
que los antillanos conquistaron cuatro medallas de oro, un balance
inferior a las nueve (de 10 posibles) conseguidas en la edición
anterior de Winnipeg'99.
En el Mundial de
Lisboa'02 se fueron sin preseas, con lo cual se rompió una cadena
eslabonada desde mediados de los ochenta (hay que recordar que se
organizan tres certámenes del orbe cada cuatro años, con la
excepción del que tocan los Juegos Olímpicos). Un equipo masculino
de florete ganó bronce en Viena'83, pero la cuenta la incluimos
desde que el floretista Tulio Díaz ensartó la de plata en
Sofía'86.
¡CASI CAMPEONES
MUNDIALES!
El momento más empinado
en mundiales ocurrió en Ciudad del Cabo'97, donde se estuvo a punto
de lograr la hazaña de finalizar en el primer lugar por países.
La esgrima cubana no
salió como se deseaba en los Juegos Olímpicos de Sydney'00. Y a
partir de ahí tengo la impresión de que no ha tenido las mismas
posibilidades de desarrollo que hasta ese momento, el mismo apoyo,
lo cual se une a las consecuencias de viejos problemas que cada vez
muestran su rostro. Nos referimos a la masividad, al desarrollo en
la base, frenado por carencias de equipos.
En el campo del fogueo
internacional, por citar dos ejemplos, está el menor roce en los
últimos tiempos de los equipos nacionales (incluso el de las armas
priorizadas: florete masculino, y espada en uno y otro sexos); la
inasistencia con pocas excepciones a mundiales de cadetes y
juveniles, en los cuales tuvimos incluso hasta campeones. Era una
base necesaria para la suma de eslabones que llevara a la
cúspide...
Claro, no se puede
olvidar que algunas de esas medallas fueron con la unión de calidad
y de mucha combatividad, vergüenza, deseos de lograr más de lo
lógico. Y esa receta, no puede descartarse, pudiera dar resultados
otra vez en La Habana'03.
Si ahora llega una
medalla, pues bienvenida sea; si se obtienen dos, pues mejor
todavía... Pero es bueno no olvidar que la esgrima cubana no está
hoy como en los años ochenta ni los noventa. Es un tema que seguro
se tendrá en cuenta para seguir trabajando cuando termine el
último combate. |