Queridos compañeras y compañeros:
Hermanos y hermanas de Cuba y del
mundo:
Este 12 de septiembre se cumplen
cinco años de nuestro arresto. Han sido cinco años difíciles,
alejados de la Patria y de los seres queridos, cinco años en los
que no ha faltado el ensañamiento de quienes llevan en sus adentros
la frustración de no habernos podido doblegar, de no haber
conseguido, como pretendían, que renunciáramos a nuestros
principios, que traicionáramos a la Revolución y a nuestro pueblo.
Muchas cosas han ocurrido desde aquel
septiembre de 1998, pero sin duda es la solidaridad y el apoyo de
todos ustedes lo que merece ser resaltado y reconocido en una fecha
como la de hoy.
Gracias a ustedes cada día son más
las personas que conocen de nuestro caso, en franco desafío a la
vergonzosa cortina de silencio impuesta por esa misma prensa que se
hace llamar "libre".
Gracias a ustedes hoy estamos en la
población general de nuestras respectivas prisiones, y no en las
celdas de castigo donde pretendían mantenernos por tiempo
indefinido.
Gracias a ustedes no hay un solo
instante en el que nos sintamos solos o desalentados, y gracias a
ustedes estamos seguros de que algún día alcanzaremos la victoria
en esta batalla por la razón y la justicia.
Muchas cartas y mensajes de
solidaridad nos continúan llegando a diario, tantas, que ya nos
resulta imposible responder a todas. Pero continuaremos dedicando
nuestros mayores esfuerzos a la atención de sus cartas, porque es
lo menos que podemos hacer para corresponder a la infinita
generosidad de ustedes.
Les pedimos a todos que no se
desanimen si nuestras respuestas demoran o en ocasiones no llegan,
porque el tiempo, después de la obligatoria jornada de trabajo,
resulta insuficiente para la enorme cantidad de cartas. Sepan, no
obstante, que leemos con mucha satisfacción y orgullo todos sus
mensajes, y que cada uno de ellos constituye una carga de optimismo
y fuerzas que llega al interior de nuestras celdas y que agradecemos
en lo más profundo de nuestros corazones.
En este 12 de septiembre reciban una
vez más, hermanos, nuestra sincera y eterna gratitud, con la
certeza de que su apoyo y solidaridad son cada día más necesarios
e importantes. ¡Contamos con ustedes!
En nombre también de Fernando,
Ramón, Antonio, René y de nuestras familias:
¡Muchas Gracias!
¡Hasta la victoria siempre!
Gerardo Hernández Nordelo
Prisión Federal de Lompoc
California
Septiembre 12, 2003