GUATEMALA, 28 de julio (PL).
— El Fiscal General de Guatemala, Carlos de León Argueta,
anunció hoy que pedirá la destitución del ministro de
Gobernación, Adolfo Reyes Calderón, por la pasividad con la que la
policía actuó durante los violentos disturbios del jueves
anterior.
"Incluso, si hay otros
comisarios implicados en desobedecer al presidente de la república,
Alfonso Portillo, también serán separados de sus
cargos", señaló Argueta al solicitar la remoción del director
de la Policía Nacional Civil (PNC), Raúl Manchamé, a causa de la
inactividad de los agentes del orden.
El jueves y viernes últimos miles de
campesinos e indígenas seguidores del ex gobernante Efraín Ríos
Montt irrumpieron violentamente en esta capital para exigir la
inscripción del también líder del oficialista Frente Republicano
Guatemalteco (FRG) como candidato presidencial para las elecciones
de noviembre.
Muchos encapuchados, con palos,
piedras, machetes y armas de fuego, los correligionarios
eferregistas agredieron a pobladores y periodistas, acosaron a
líderes políticos, mantuvieron retenidas como rehenes a unas 900
personas y dañaron la propiedad pública y privada, en un ambiente
de impunidad tolerado por la policía.
Anoche, el secretario general y
candidato presidencial de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE),
Álvaro Colom, solicitó ante un juzgado de turno el enjuiciamiento
de funcionarios, empleados, agentes del orden y simpatizantes del
FRG por su responsabilidad en los "hechos delictivos y
criminales" referidos.
De acuerdo con Colom, las autoridades
deben ser sancionadas por los delitos de incumplimiento de deberes y
denegación de auxilio, y encubrimiento propio, por lo que se debe
iniciar la persecución penal de los implicados.
Este lunes, se escucharán los
argumentos de Manchamé sobre los incidentes de los ya bautizados
como "jueves negro" y "viernes de luto" (por un
periodista muerto durante los disturbios), así como las razones por
las que los agentes del orden no actuaron.
Según el director de la PNC, si se
hubiera enfrentado a las turbas que protagonizaron los desórdenes,
el saldo de víctimas y violencia pudo haber sido trágico.
Argueta adelantó que se están
recopilando las pruebas para iniciar las acciones legales de
carácter penal en contra de los responsables, entre quienes la
oposición insiste en incluir al mandatario Portillo, por considerar
que demoró en impartir órdenes al ejército y a la policía para
que controlaran la situación.
El Código Penal señala que en caso
de flagrancia, la policía debe actuar de inmediato, por lo que no
hay excusa para no haber actuado con celeridad (ante los desmanes de
los seguidores de Ríos Montt), puntualizó el jefe del Ministerio
Público.
La población, pese a ser poco
optimista en cuanto a que se castigue a los autores intelectuales y
materiales de las protestas, reprocha a las autoridades haber
propiciado mayor resentimiento y violencia entre los guatemaltecos,
y les señala, además, el cargo de homicidio preterintencional por
la muerte del citado periodista.
El reportero de la televisión local
Héctor Ramírez falleció el jueves de un infarto causado por el
excesivo esfuerzo físico hecho al huir de una turba armada que
pretendía agredirlo.