SANTIAGO DE CUBA.— "El
Programa del Moncada se cumplió y sobrecumplió. Hace rato que
vamos en pro de sueños mucho más elevados e inimaginables",
afirmó el Primer Secretario del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros, Comandante en Jefe Fidel Castro, al resumir aquí el acto
central nacional con motivo del aniversario 50 del asalto a los
cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de
Céspedes, en Bayamo.
Una masa compacta de diez mil
santiagueros y numerosos invitados nacionales y extranjeros, selló
todo el espacio del polígono de la antigua fortaleza. Entre ellos,
representaciones de las provincias de Villa Clara, ganadora junto a
Santiago de Cuba de la emulación por el 26 de Julio, y Cienfuegos y
La Habana, en su condición de destacadas.
Vestidos con camisetas rojas y
negras, los participantes semejaron una enorme bandera del 26 de
Julio y cada pecho portaba una afirmación de Fidel, devenida
homenaje de los cubanos a nuestro Héroe Nacional, José Martí: Traigo
en el corazón las ideas del Maestro.
La insistente llovizna que desde una
hora antes del inicio del acto humedeció el escenario, pareció
evaporada por el calor humano, sin mellar la disciplina, la
organización y el entusiasmo y no tuvo otra opción que retirarse
derrotada.
El homenaje por el Día de la
Rebeldía Nacional, devino Tribuna Abierta de la Revolución, en la
cual varios oradores expresaron su apoyo a la lucha del pueblo
cubano por preservar sus conquistas y la decisión de luchar frente
a los intentos imperiales de destruirlas.
La pionera Solanch Sanz Suárez, de
5to. Grado del seminternado Paquito González Cueto, de Palma
Soriano, significó el compromiso ineludible de su generación de
defender la Revolución y hacer realidad el postulado del Himno
Nacional cubano de que Morir por la Patria es vivir. Los
pioneros, junto a nuestro pueblo, dijo, somos invencibles
En una emotiva intervención, Erick
Jesús Girón Gómez, un joven médico de la familia que presta
servicios en el municipio de Tercer Frente, en el mismo corazón de
la Sierra Maestra, luego de reseñar las realizaciones cubanas en la
salud, la educación, la seguridad social y otros campos, afirmó
que nuestro será el futuro no por ser los más fuertes, sino por
ser los más justos.
Otros oradores, como la estudiante
del Curso Emergente de Profesores Integrales, Grettel Moya Trovajo,
y Ricardo Verdecia Pacheco, cadete del tercer año del Centro de
Estudios Militares José Maceo, de Santiago de Cuba, denunciaron la
política agresiva del gobierno imperialista de los Estados Unidos
hacia nuestro país, las pretensiones de implantar una tiranía
mundial y reafirmaron la convicción de nuestro pueblo de derrotar
esas maniobras.
En tres momentos culturales,
agrupaciones y solistas brindaron un bello espectáculo, calzado con
palabras de José Martí, vigentes en nuestros días.
Un momento de particular emotividad
se produjo cuando fue dado a conocer un mensaje enviado al pueblo
santiaguero y a toda Cuba por Antonio Guerrero, uno de los Cinco
Héroes Prisioneros Políticos del imperio, a través del cual
expresa su saludo por la efeméride, su confianza en un futuro mejor
y la seguridad compartida por todos los cubanos de: ¡Volveremos!.
En su discurso, Fidel también
denunció la sumisión de la Unión Europea a la política agresiva
de los Estados Unidos contra nuestro país y aseguró que el
gobierno de Cuba, por elemental sentido de dignidad, renuncia a
cualquier ayuda o resto de ayuda humanitaria que pueda ofrecer la
Comisión y los gobiernos de la Unión Europea. Nuestro país —afirmó—
sólo aceptaría este tipo de ayuda, por modesta que fuese, de las
autonomías regionales o locales, de las Organizaciones No
Gubernamentales y movimientos de solidaridad, que no imponen a Cuba
condicionamientos políticos.
La Unión Europea debe moderar su
arrogancia y prepotencia, dijo el máximo líder de la Revolución,
y agregó que ni Europa ni Estados Unidos dirán la última palabra
sobre los destinos de la humanidad.
Al finalizar su discurso, Fidel
sentenció: Deseo asegurarles algo parecido a lo que dije ante el
tribunal espurio que me juzgó y condenó por la lucha que iniciamos
hace hoy cinco décadas, pero esta vez no seré yo quien lo diga; lo
afirma y augura un pueblo que llevó a cabo una Revolución
profunda, trascendente e histórica, y supo defenderla:
¡Condenadme, no importa! ¡Los pueblos dirán la última palabra!