Los lugares se apropian del espíritu
de sus habitantes, por eso cada 21 de julio hombres y naturaleza
acuden al recuerdo del natalicio del escritor Ernest Hemingway en el
cayo pinareño Mégano de Casigua.
Entre pescadores, cielo y agua la
tarja en memoria del célebre norteamericano, nacido en 1899, marca
el afán de los soñadores de poder tocar los recuerdos en uno de
sus refugios predilectos en Cuba, desde donde luchó contra el
fascismo.
Hemingway bautizo como
"paraíso" a este cayo, entre los 160 del grupo de Los
Colorados en el norte de la provincia, y que junto a otras
experiencias contribuyó al realismo logrado en su noveleta El
viejo y el mar, que le valió el premio Nobel en 1954.
Pero otra arista llamó la atención
en los años cuarenta del siglo anterior sobre este hombre que ya
había demostrado su temeridad y se incorporó a la Naval
Inteligence de Estados Unidos, al usar su propia embarcación con
base en el cayo en la búsqueda de submarinos alemanes en el Golfo
de México.
Con la apariencia encubierta de su
yate de pesca obtuvo informes valiosos para los Aliados y después
de cumplir distintas misiones, al fin de la guerra volvió
asiduamente al "paraíso" junto a su esposa Mary y al
viejo amigo Gregorio Fuentes.
Precisamente, en su cumpleaños 90
historiadores locales develaron en ese terruño una tarja que
corrobora la entrada de Ernest en la historia pinareña y consta:
"... aquí escribía, amaba y luchó con su yate Pilar contra
el fascismo alemán... ".
El genial escritor se suicidó en
1961; el trágico acontecimiento se relaciona con crisis de paranoia
a causa de las reales persecuciones de que fue víctima por agentes
del gobierno norteamericano debido a sus ideas progresistas y a sus
relaciones con la naciente Revolución cubana. (AIN)