50 años del Moncada

Lecciones de héroes

Sara Más

Foto: ARNALDO SANTOSHonores, recuento histórico y merecido reconocimiento se mezclaron en la mañana del viernes en el Consejo de Estado, donde los trabajadores de la sede de ese órgano estatal rindieron homenaje a varios de los protagonistas de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, a expedicionarios del Granma y combatientes de la lucha revolucionaria.

"Más que nunca ustedes nos son necesarios, para tener el ejemplo que tanto necesita un pueblo para vivir", les dijo al resumir el encuentro Carlos Valenciaga, miembro del Consejo de Estado, quien destacó el valor de aquellos jóvenes que se convirtieron en la vanguardia de una generación que comprendió el reto histórico del momento y emprendió la batalla.

La principal enseñanza de su gesta, agregó, es darnos cuenta de lo importante que es para el país contar con este pueblo y una juventud consciente, preparada y tan decidida como la de entonces.

Muchos de los momentos relacionados con el Moncada fueron revividos de algún modo con la intervención de uno de los combatientes que participó en el asalto el 26 de Julio de 1953. Gerardo Sosa, más conocido entre sus compañeros por Sosita, un hombre humilde, de origen campesino, relató detalles de su vida y de los preparativos de la acción que no terminó ese día, dijo, sino que prosiguió después con la persecución y masacre de muchos revolucionarios valiosos.

El compromiso de las nuevas generaciones con ese legado histórico fue reiterado por Ernesto Guillén, secretario general del Comité primario de la UJC en el Consejo de Estado.

En un gesto especial, los homenajeados recibieron como regalo una réplica de la escultura del Héroe Nacional erigida en la Tribuna Antimperialista José Martí; el libro "Los disidentes", de los periodistas Luis Báez y Rosa Míriam Elizalde y un folleto de discursos de Fidel.

Antes, en nombre de los combatientes, Arsenio García (expedicionario del Granma) y Ramiro Fernández (asaltante al Moncada) habían depositado una ofrenda floral al pie de la efigie de Celia Sánchez Manduley, a la entrada del edificio.

Con un emotivo cierre, el encuentro culminó como hace 50 años finalizara aquel en el que, por última vez, todos se vieron las caras en la Granjita Siboney, antes de partir rumbo al Moncada: volvieron a escucharse los versos de ¡Ya estamos en combate!, de Raúl Gómez García, y a entonar la Marcha del 26 de Julio.

 

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