La Villa Clara del Che, provincia en ascenso

JOSÉ ANTONIO FULGUEIRAS

La villa, desde el centro del país, cada año que pasa se ve más clara. El Che fue quien sembró la luz sacada de la fogata de Fidel y la Revolución. Aquí no existe prácticamente un palmo de tierra por donde no hayan transitado las botas libertadoras del Guerrillero Heroico.

En Santa Clara reposan sus restos y los de sus compañeros de la guerrilla de Bolivia, y también refulgen sus combates en puntos clave de la ciudad, como en el descarrilamiento y la rendición del tren blindado, al andar por las calles bajo la metralla, y las comandancias en el edificio de Obras Públicas (actual sede del Comité Provincial del Partido) y en la Universidad Central.

Están también las industrias que él fundó en 1964: Planta Mecánica, Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (INPUD), Fábrica de Bujías de Sagua la Grande y la Roberto Mederos, de Caibarién.

Es por todo eso, y por muchas razones más, que los villaclareños le dedican al Comandante Ernesto Guevara la condición de provincia más destacada del país ganada en la emulación del 26 de Julio.

RECUENTO DE UNA VILLA OSCURA

Antes del Primero de Enero de 1959 la villa languidecía en el paisaje oscuro del capitalismo. En la costa Norte, desde Caibarién a Corralillo, las aguas del Atlántico alimentaban las esperanzas frustradas de un grupo de pescadores y portuarios que pescaban la miseria o cargaban el hambre en sus espaldas, reclamados por niños escuálidos carentes de educación y medicinas.

Foto: JORGE VALIENTEPlaza Che Guevara,
 uno de los lugares más
 visitados en Santa Clara.

Los portuarios de Caibarién y la Isabela aguzaban los oídos en tardes o amaneceres para escuchar el pitazo de un barco que garantizaría una estiba temporal y un mísero salario. La pesca daba poco o nada, y los pequeños barcos, carcomidos por el abandono y el salitre, iban y venían con el mismo desaliento.

Muchos pescadores vivían en sus barcos o en los cayos. La mayoría de estos hombres firmaba con los dedos entintados. Esa era la vida en las costas, tierra adentro era igual o peor.

En Santa Clara, por ejemplo, las fábricas más importantes eran apenas chinchales. El mayor desarrollo industrial estaba concentrado en Sagua la Grande con la fundición Macfarlán, la Electroquímica y el puerto.

En los demás poblados la gente malvivía a como pudiera. Abundaban los macheteros que cortaban caña para los centrales azucareros del territorio. Cuando terminaba la zafra aquí y llegaba el llamado "tiempo muerto", muchos de estos hombres emigraban a Camagüey, con porrón al hombro y mocha bajo el brazo, para continuar allí los cortes.

Las escuelas se contaban con los dedos, sobre todo en las pequeñas localidades, y los médicos eran muy pocos, la mayoría ejercía en las clínicas particulares donde los más pobres no tenían acceso.

Este era el panorama que se encontraron el Che y Camilo cuando en 1958 llegaron a Las Villas, al frente de sus columnas Ciro Redondo y Antonio Maceo. A esos dos Comandantes invasores enviados por Fidel se les debe en gran parte la libertad y el arranque hacia el porvenir.

DE ENERO A ENERO REFULGE LA LUZ

Villa Clara avanza desde la llegada a sus calles del Comandante Ernesto Guevara. De su ejemplo de médico sin cansancio para atender a los niños desvalidos de la Sierra Maestra, nacieron los resultados que cerraron el 2002 en Salud Pública: 4,6 de mortalidad infantil, la más baja de Cuba, cientos de personas devueltas a la vida en el Cardiocentro, y una destacada labor asistencial en sus hospitales para la atención de adultos y niños, y en el trabajo tesonero del médico de la familia.

En el hospital infantil José Luis Miranda, por ejemplo, se instaló recientemente un gastrofibroscopio para realizar endoscopías en el tubo digestivo.

Anteriormente, para hacer esta prueba había que remitir a los pequeños a Ciudad de La Habana. También comenzó a funcionar la cirugía de mínimo acceso urológica en el hospital Arnaldo Milián.

El muy concurrido y céntrico bulevar.

El territorio materializa un proceso de reparación en un grupo de unidades de Salud, así como el mejoramiento de su tecnología, con el objetivo de acercar más estos servicios a la población y fortalecer el papel de los policlínicos.

De la visión del primer Ministro de Industrias de la Revolución salieron estos frutos: En el 2002 la producción mercantil sobrecumplió el plan en 2,4%, con aumento de la productividad del trabajo y buena relación con el salario medio; se redujeron los costos y la mayoría de las entidades obtuvo ganancias.

Villa Clara es hoy una de las provincias más industrializadas del país, donde la mayoría de sus centros ya se encuentra dentro o en proceso del perfeccionamiento empresarial, única manera de alcanzar la excelencia productiva.

Los trabajadores agropecuarios, en el último período anual, elevaron en un 29% las producciones de viandas, hortalizas y granos, en relación con el 2001. Aunque todavía no garantizan la demanda de la población y los precios en la generalidad de los mercados resultan altos para el poder adquisitivo de los ciudadanos, se ha avanzado, así como en la agricultura urbana, que se encuentra en la vanguardia del país.

Existe un notable ascenso en la ganadería vacuna; el tabaco torcido de exportación logró su programa, se obtuvo una cosecha de café con el 85% de los granos de la más alta calidad, mientras la avicultura recolectó 280 huevos en el año por ponedora.

Alcanzó un bajo costo la tonelada de azúcar y fue ejecutado el plan anual al 90,9% para convertir a la provincia en la que más se acercó a lo previsto para el 2002.

PESCADORES Y SU FARO RADIANTE

Hoy los pescadores villaclareños tripulan barcos dotados de modernas artes de pesca y de los recursos necesarios para lograr buenas capturas de peces de escama, langostas y otras especies marinas. Desde sus puestos de trabajo, por las noches ven los programas de televisión o escuchan la radio.

La pesca en Villa Clara en el 2002 aportó al Estado 13 millones de dólares por concepto de exportación de langosta y resultó el primer territorio de Cuba en recolectar 100 toneladas de clarias o pez gato.

La INPUD, una de las primeras industrias inauguradas después del triunfo de la Revolución.

Los últimos ciclones que cruzaron el territorio se ensañaron con la franja Norte. Cientos de casas fueron derribadas por las ráfagas de Michelle.

Eso fue hace un año y unos meses, y ya todos los pescadores tienen sus nuevas viviendas de mampostería gracias al aporte solidario de los constructores, quienes no solo levantaron las derrumbadas y repararon los daños parciales en otros miles de inmuebles, sino que tras cumplir su compromiso aquí se trasladaron a Matanzas para continuar su entrega de sudor, cemento y solidaridad.

EDUCACIÓN, CIENCIA Y CULTURA

Educación, Ciencia y la Cultura alcanzaron resultados favorables. La Batalla de Ideas tuvo una sólida respuesta en la educación primaria, la secundaria y la media superior. La Universidad Central, como pidiera el Che, ha acogido a miles de estudiantes provenientes de países hermanos de diferentes continentes.

Las escuelas de Instructores de Arte y de Trabajadores Sociales, inauguradas por Fidel en el 2001, ya han comenzado a distribuir sus alumnos por todo el territorio, con el propósito de llevar la cultura hasta los puntos más recónditos.

Los centros de investigación científica como el Instituto de Biotecnología de las Plantas, y el Centro de Bioactivos Químicos de la Universidad Central y el INIVIT de Santo Domingo, se distinguen en el país por sus aportes en vitroplantas, fármacos y medios biológicos. Se reduce el desempleo y esta es una de las provincias de más alta esperanza de vida.

Son, simplemente, algunos de los rasgos que caracterizan a la Villa Clara de hoy, provincia en ascenso, medio siglo después de la inmortal gesta del 26 de Julio.

 

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