Blair en medio de severa crisis

Supuesto suicidio del ex inspector de la ONU David Kelly no detuvo la consideración de que es una víctima de la guerra; se levantan voces que piden la renuncia del Primer Ministro

LONDRES, 19 de julio.— La policía británica atribuyó hoy a un suicidio la muerte del ex inspector de la ONU David Kelly, pero este anuncio no logró evitar una profundización de la crisis en el gobierno de Anthony Blair, quien se negó a responder si piensa renunciar, aunque recibió un pedido para que lo haga desde las filas del laborismo.

La necropsia "reveló que la causa de la muerte fue una hemorragia causada por una herida en la muñeca izquierda", dijo el superintendente de la policía, David Purnell, al descartar la responsabilidad de terceros en el hecho y reforzar la hipótesis de suicidio.

Pero el supuesto suicidio de Kelly, una "víctima de la guerra" según The Independent, no logró apaciguar la crisis en el gobierno británico, señala un despacho de ANSA.

Blair se mantuvo en silencio cuando, en una rueda de prensa en Japón, donde realiza una visita oficial, un periodista quiso saber si piensa que tiene "las manos sucias de sangre" y si por ello tiene previsto renunciar.

El Premier también rechazó decir si su ministro de Defensa, Geoff Hoon, y su consejero de Comunicación, Alastair Campbell, quienes llevaron adelante la ofensiva oficial contra Kelly —la "fuente" del informe de la BBC sobre "exageraciones" en torno de la "peligrosidad" de Iraq— le presentaron su renuncia, y atinó a definir la misteriosa muerte como una "terrible tragedia".

Por la oposición, el conservador Iain Duncan Smith, le escribió a Blair para pedirle que convoque al Parlamento, que hace unos días inició el receso de verano, ante la crisis política que desencadenó la muerte del científico.

El líder conservador quiere conformar una comisión especial para juzgar la manera en la que el gobierno administró la información de inteligencia en relación con la guerra contra Iraq.

Pero no sólo de la oposición llovieron las críticas. La parlamentaria laborista y actriz Glenda Jackson tomó la palabra para pedir la renuncia de Blair.

"La investigación judicial sobre la muerte de Kelly —dijo Jackson— bloqueará por meses la acción del gobierno".

"El premier —agregó la legisladora a una radio local— debe reconsiderar su posición. No veo cómo el gobierno pueda funcionar adecuadamente por todo el período de la investigación judicial".

A su vez, la familia de Kelly, en una declaración, dijo que los hechos de las últimas semanas hicieron "intolerable" la vida del científico y advirtió que todos quienes estuvieron involucrados deberían reflexionar "extensa y seriamente" sobre el tema.

"Estamos profundamente golpeados y con el corazón hecho pedazos (...) Su vida profesional se caracterizaba por su integridad, honor y esfuerzo en la búsqueda de la verdad, muchas veces en situaciones difíciles. Sus valoraciones profesionales eran únicas y respetadas por todos. Su vida y sus conquistas siempre serán fuente de gran orgullo para nosotros", afirma la declaración.

En tanto, el superintendente de policía Purnell confirmó en Londres que "el cuerpo hallado en Harrowdown Hill ayer fue formalmente identificado como el del doctor David Kelly".

Al informar sobre la necropsia, el policía dijo que la herida en la muñeca izquierda, señalada como causa del deceso, "es consistente y debe haber sido hecha por un objeto afilado. Hemos hallado sobre el lugar un cuchillo y un paquete abierto de co-proxamol", un analgésico, indicó.

El co-proxamol es un analgésico que en Gran Bretaña puede ser obtenido sólo con receta médica. Según una investigación publicada por la British Medical Journal, es utilizada en cinco de cada 100 suicidios en el país.

David Kelly, el ex inspector de la ONU que se hallaba en medio del escándalo sobre las armas de destrucción masiva atribuidas a Iraq, apareció muerto el viernes cerca de su casa de Oxford.

Se cree que el científico fue la fuente que la BBC tuvo para denunciar "exageraciones" en el informe británico en torno de las armas de destrucción masiva supuestamente en manos de Saddam Hussein y que no fueron halladas.

Mientras tanto, los diarios británicos afrontaron el caso bajo ópticas diversas, incluso lanzando en algunos casos la hipótesis de suicidio.

"¿David Kelly víctima de otra guerra?", tituló a toda página el Times, para el cual "la vehemencia de Downing Street, la arrogancia de la BBC, los medios despiadados y la pomposidad del Parlamento tuvieron un rol en este trágico hecho".

The Guardian sostuvo sin dudar que el científico es "la víctima de la venganza" y denunció que el Estado está dispuesto a "abandonar cualquier sentido común para obtener puntos en la lucha política contra los críticos".

El Daily Telegraph subrayó "la más grave crisis del gobierno de Blair", que Kelly fue un "chivo expiatorio" y que se espera que la investigación ponga luz en la responsabilidad del secretario de Comunicación Campbell y el ministro de Defensa Hoon.

The Independent dedicó su primera página a la muerte de Kelly y afirmó que el experto fue "una víctima de la guerra".

 

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