Otro hecho criminal
producto de la Ley asesina
de Ajuste Cubano
Ayer, 14 de julio del
2003, en el puerto pesquero de La Coloma, suroeste de Pinar del
Río, aproximadamente a las 9 de la mañana, se produjo otro
lamentable y doloroso hecho que costó la vida a tres adultos y puso
en grave peligro la de un niño seriamente herido por un disparo en
la cabeza. Quienes lo llevaron a cabo eran personas con pésimos
antecedentes penales.
A la hora indicada de la
mañana, tres adultos armados con un revólver calibre 45 y un
cuchillo de 34 centímetros, a los que acompañaban una mujer con
dos hijos, de 17 y 10 años respectivamente, después de neutralizar
al custodio del muelle amenazándolo con el revólver, golpeándolo
y asestándole una herida con el arma blanca, y de arrebatarle el
arma de reglamento, un revólver calibre 38, penetraron en la
embarcación de pesca Ferrocemento No. 18 lista para realizar sus
labores.
Al no conocer los
asaltantes el manejo de la nave, conminaron a un patrón capturado
por la fuerza a ponerla en marcha. Este, en un descuido de los
secuestradores, se lanzó al agua y pudo escapar. Pronto, al notar
la anormal situación, la embarcación fue rodeada por pescadores de
La Coloma y varios agentes de la autoridad, a fin de impedir su
salida.
Los asaltantes
amenazaban con matar a los rehenes. En realidad se pudo comprobar
más tarde que la madre estaba en complicidad con los autores del
secuestro, utilizando a los dos hijos para fingir como tales. Se
ignora todavía en detalles cuáles fueron las causas o qué tipo de
desavenencias surgieron entre los asaltantes, que originaron lo que
se produjo después.
Alrededor de una hora
con posterioridad al asalto se produce un disparo aislado en el
interior de la embarcación, y pocos minutos más tarde se escuchan
varios disparos intermitentes. Finalizado esto, casi de inmediato se
observa al joven de 17 años que sale corriendo de la nave con el
hermanito de 10 años cargado en sus brazos, que estaba gravemente
herido en la cabeza con un disparo cuyo proyectil quedó alojado en
la parte trasera izquierda del cráneo, entre la oreja y la
cervical. Con ellos corría también la madre. Los tres fueron
transportados de inmediato al hospital provincial de Pinar del Río
en una ambulancia, sin perder un minuto en indagar lo sucedido en la
embarcación. En esta, transcurrida más de una hora, no se
escuchaban nuevos disparos ni ruido alguno. Lo cual decidió a las
autoridades realizar una cautelosa exploración. Al acercarse a la
misma y penetrar en ella, observaron tres hombres que yacían
inmóviles, dos de ellos muertos y otro con un disparo en la cabeza
que lo mantenía inconsciente, y fue trasladado con igual urgencia
al hospital.
Se ha podido establecer
que el primer disparo, escuchado alrededor de las 10 de la mañana,
había sido realizado contra el niño de 10 años, completamente
inocente de los hechos que estaban sucediendo. Según afirmó horas
más tarde el hermano, después de disparar contra el niño los
secuestradores habían tratado de matarlo a él con otro disparo,
martillando el gatillo del arma sin que el mismo se produjera, y que
minutos después tuvo lugar un tiroteo entre los propios
secuestradores.
A pesar de los esfuerzos
realizados por los médicos, el tercero de los secuestradores
falleció antes del amanecer de hoy.
Aún no se cuenta con el
testimonio de la madre, que hasta las primeras horas de la mañana
de hoy ha estado atendiendo a su hijo. Según se informa en el
hospital, aunque el niño padece de una parálisis facial, existe
esperanza de salvarle la vida; ya conversa de forma consciente e
ingiere alimentos.
Revisando los archivos,
se pudo conocer que los asaltantes eran personas de pésimos
antecedentes penales:
Francisco Lamas Carón,
29 años de edad; procesado por robo con fuerza en el 1991; recluso
por robo con fuerza desde noviembre de 1991 hasta marzo de 1992;
procesado por robo con fuerza en 1998; recluso por robo con fuerza
desde febrero de 1998 hasta junio del 2000; procesado por lesiones
menos graves en el 2002; procesado por hurto y sacrificio de ganado
mayor en el 2002; circulado por hurto y sacrificio de ganado mayor
en el 2002; circulado por lesiones en el 2002.
Luis Alberto Suárez
Acosta, 22 años de edad; procesado por robo con fuerza en 1998;
procesado por 7 denuncias por hurto y sacrificio de ganado mayor en
1998; recluso por hurto y sacrificio de ganado mayor en 1998;
procesado por lesiones menos graves en el 2001; procesado por hurto
y sacrificio de ganado mayor en el 2001; recluso por robo con fuerza
desde junio del 2000 hasta febrero del 2002; procesado por hurto y
sacrificio de ganado mayor en el 2003. Varias veces sancionado, no
enmendó en nada su conducta.
Yosvani Martínez
Acosta, 27 años de edad, procesado por lesiones menos graves en
1996; procesado por hurto de ganado equino en 1996; detenido y
procesado por hurto y sacrificio de ganado mayor en 1998; recluso
por hurto y sacrificio de ganado mayor desde junio de 1998 hasta
abril del 2003.
El caso continúa siendo
investigado en todos sus detalles.
El objetivo de estos
delincuentes era viajar hacia los Estados Unidos.
Estos hechos repugnantes
son fruto directo de la burda y grosera ley que desde hace casi 40
años otorga el excepcional privilegio de recibir asilo, residencia
y derecho inmediato al trabajo a personajes de esta calaña que
arriban ilegalmente a Estados Unidos.
Ministerio del
Interior
La Habana, martes, 15 de julio de 2003
(11:35 a.m.) |