GUATEMALA, 21 de junio.—Expertos en
temas sismológicos pronosticaron temblores de tierra por al menos
dos semanas, luego que en la capital de Guatemala fueron sensibles
35 sismos sólo del 15 al 18 del corriente mes.
La Coordinadora Nacional para la
Reducción de Desastres (CONRED) reforzó los sistemas de seguridad
para emergencias y se declaró en alerta amarilla II a causa de
las constantes lluvias y los movimientos telúricos verificados en
los últimos días, reporta Prensa Latina.
Entre la mañana del sábado 14 y la
madrugada del miércoles se produjeron 19 sismos de entre 2,7 y 3,7
grados de intensidad en la escala abierta de Richter,
fundamentalmente perceptibles en esta capital y algunas localidades
aledañas.
El de mayor intensidad tuvo lugar la
noche del martes y alcanzó los 3,7 grados en la referida escala y
los 4,0 en la de Mercali, de 12, precisó el Instituto Nacional de
Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH).
De acuerdo con esa entidad, cada
número de la escala de Richter implica liberación de energía 31,5
veces mayor al anterior sismo, lo cual induce a descartar un
violento terremoto en este país, ubicado sobre las placas
tectónicas de Cocos, Norteamérica y el Caribe.
Expertos del INSIVUMEH explicaron que
cuando los temblores son inferiores a 3,0 grados no son sensibles a
los humanos, pero de siete a ocho grados provocan destrozos graves,
y al llegar a nueve la destrucción puede ser total.
Solo el jueves pasado no se sintieron
movimientos telúricos, pero los pronósticos apuntan, sin embargo,
a que se podrían registrar otros en las siguientes semanas, tomando
en cuenta que en 1994 y 1998 se reportaron sismos durante cuatro y
cinco semanas.
De las 35 sacudidas ocurridas en
días recientes, 23 fueron sensibles con magnitudes que oscilaron
entre los 2,6 y los 3,7 grados, todos atribuidos a la falla de El
Frutal, localizada en el sur de esta capital.
La alerta amarilla II implica
visitar lugares en riesgo para comprobar su estado y reforzar la
protección, hacer un inventario de los insumos a utilizar en caso
de que la situación se agrave, revisar los sistemas de
comunicación, líneas telefónicas y contactos, y valorar la
situación de los albergues.
Al menos seis ríos que nacen en el
departamento de Sacatepéquez y desembocan en el océano Pacífico
están a punto de desbordarse y son monitoreados por la CONRED y el
INSIVUMEH, cada seis horas, mediante equipos y de manera física.
En varias carreteras del país se
produjeron deslaves de piedra y lodo, causando obstrucciones de las
vías.