El ojo alerta de Frémez

VIRGINIA ALBERDI BENÍTEZ

En el catálogo de la muestra Eros y Tanatos, con que el Centro Pablo de la Torriente Brau, organizador del Salón de Arte Digital, jerarquizó la contribución de José Gómez Fresquet (Frémez) como adelantado en esa disciplina, se recoge un texto del inefable Samuel Feijóo en el que se expresa que el artista realiza un "trabajo que educa al ojo alerta".

Otra aproximación al artista nos la brinda Lisandro Otero, quien calificaba en fecha tan temprana como 1971 la obra de Frémez como "panfletos visuales", comparándolos con una zona de las estampas de Goya y Orozco, Daumier y Grosz.

Cito tales referencias porque me parecen imprescindibles para dialogar con la intensa obra que el artista ha puesto a nuestra disposición en la Galería de 23 y 10 del ICAIC. Aunque es posible recorrer diversas estancias de su trabajo, la carga fundamental se halla transida por el fecundo encuentro de Frémez con la computación.

Lo importante está en el modo de construir imágenes para comunicar metáforas visuales sólidas e impactantes, que operan en dos niveles orgánicamente entrelazados: el de la conciencia estética (lectura textual) y el de la actualidad (lectura contextual).

En efecto, el ojo debe estar alerta ante la conjugación de signos visuales de diversa naturaleza. Frémez nos seduce por la lucidez con que manipula y construye sus metáforas, al mismo tiempo que nos inquieta por la carga semántica de esa nueva realidad visual, destinada a cuestionarnos la manera de entender la vida y la muerte, la belleza y el horror, el lujo y la pobreza, la globalización y la identidad.

Fiel a su estirpe, Frémez acentúa y profundiza con sus imágenes digitales un discurso comprometido con la desalienación y la descolonización cultural.

 

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