Cultura verde olivo

ANTONIO PANEQUE BRIZUELA

Las actuaciones de creadores comprendidos en el movimiento de artistas aficionados de las escuelas militares de nivel superior, convocados por su reciente festival anual, permiten una aproximación a lo que está ocurriendo respecto a la modernización en la Cuba actual del concepto de cultura popular o de masas, cosa que, obviamente, involucra a todos los sectores de la sociedad.

Un buen trabajo previo, organizado con sentido común y asesoría especializada por organizadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, condujo a este encuentro que manejó percepciones realistas y eficaces en torno a esa concepción de difundir las artes, si no totalmente nueva para la Revolución en cuanto a aspiraciones, sí actualmente más palpable respecto a realidades.

El Festival de Centros de Enseñanza Militar (CEM), que involucró a las siete escuelas de nivel superior de que dispone las FAR en el país, ratificó uno de los objetivos más importantes de ese organismo: formar oficiales y especialistas integrales, comprendido el ámbito cultural.

En la práctica de algún instrumento musical o de cualesquiera de las otras formas de creación espiritual, puede que no se logre un aporte espectacular con una obra o actuación cumbre (aunque no se excluye la posibilidad del genio inesperado), pero sí es posible con esa práctica beneficiar a los demás y contribuir al perfeccionamiento del propio individuo ejecutante. Eso quedó evidenciado en este evento.

Otra particularidad mostrada por los participantes (cadetes, guardiamarinas, profesores, oficiales y trabajadores civiles de esos centros docentes), especialmente en la gala de clausura de este Festival, fue el rigor en la selección de los ganadores y obras premiadas, aunque el espectáculo final se completó con algunas presentaciones que llegaron hasta allí sin obtener lauros.

Ello junto al esmero en las actuaciones, algunas dignas de otros escenarios, conformaron un espectáculo de adecuado nivel para cualquier público, esta vez integrado por cadetes, profesores y trabajadores civiles del Instituto Técnico Militar (ITM) José Martí y una representación del resto de las universidades de las FAR, lo cual, de paso, demuestra una revitalización del movimiento de aficionados en esta institución.

Asimismo, en las reacciones del personal del ITM y las del resto del público se traslucieron el nivel cultural y el trabajo didáctico y de apreciación artística que desarrolla ese Ministerio con los efectivos de sus distintos tipos de unidades e instalaciones a lo largo de la Isla, junto al apoyo de personalidades y agrupaciones artísticas de primer nivel.

Todo lo anterior revela, por otro lado, el creciente apoyo de las FAR —especialmente en los últimos tiempos— en recursos, estrategias y prioridades conceptuales y la conexión de ese organismo con las instituciones del Ministerio de Cultura.

Estamos ante una muestra más de cómo evoluciona intelectualmente el país, algo que constituye verdadero motivo de regocijo y también, ¿por qué no?, un evidente aporte a la cultura por parte de nuestro principal cuerpo armado.

 

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