Un papel en el que
Jorge fue Bienvenido
ANTONIO PANEQUE
BRIZUELA
Cuando
a Jorge Enrique Fernández de Castro le dieron aquel papel en Salir
de noche, no pensó llegar a las cumbres en que, televisión y
público mediante, lograría colocar a aquel personaje. Bienvenido
ya había sido diseñado, pero había que fabricarlo.
Tampoco estuvo seguro de
haberlo "agarrado" durante los primeros capítulos filmados y, solo
tres o cuatro meses después, sintió que había nacido
verdaderamente el personaje: "Incluso hay una escena en una de las
exposiciones de Ernesto en la que yo sabía que estaba `fuera' de
Bienvenido".
Después el personaje "fue
saliendo", pero aún Jorge Ferdecaz (nombre artístico) no podía
adivinar que sería este uno de los más populares y auténticos de
los últimos tiempos en nuestros medios audiovisuales. Porque
Bienvenido creció mucho desde entonces.
"Es
un personaje muy complicado. Tiene problemas al caminar, pero no te
podías enredar en eso, pues hay que considerar el trabajo de las
cámaras, junto a los demás artistas y otras complicaciones
técnicas. Tienes que ser más viable a la hora de filmar y de estar
moviéndote dentro del grupo.
"Es
un ser que se da en sus relaciones con los demás. A partir de su
ingenuidad, es como los niños, que no dicen mentiras. Pero es
también de contrastes: te puede hacer llorar, te puede hacer reír,
y también te puede hacer reflexionar. Y si salió simpático no fue
porque me lo propuse: no soy gracioso, no sirvo para hacer chistes.
Soy un tipo más bien `trancao'.
Intérprete que a partir
de ese espacio televisivo ha sido considerado "revelación" aun por
los críticos menos complacientes, Ferdecaz comenzó por estudiar
bien el trabajo de los guionistas, conversar luego con ellos y
protagonizar después una verdadera peregrinación por lugares donde
pudieran haber muchachos con patologías identificables con las de
Bienvenido.
"Conversé
con especialistas y visité muchos lugares, incluyendo escuelas
especiales y otras instituciones educacionales para niños con
problemas, donde apliqué la observación y le puse algo a
Bienvenido de cada uno de ellos."
Artista de 33 años,
Jorge no tuvo influencias vocacionales inducidas por su familia ni
tampoco tuvo la oportunidad de cursar estudios regulares de
actuación, aunque hizo varios intentos por ingresar al Instituto
Superior de Arte ("Nunca he dejado de estudiar"). Su paso por el
bachillerato, el Servicio Militar General, la Casa de la Cultura de
Plaza, algunos talleres y seminarios parecen constituir ejes en la
formación de este sorprendente actor.
Sus incursiones en el
mundo aficionado en brigadas artísticas, fueron, sin embargo,
pródigas y, en 1991, se inicia profesionalmente en un grupo de
teatro (Juega espacio), mientras que en su primera evaluación
(1995) alcanza el añorado primer nivel.
Aunque ha sido un buen
observador de personajes similares a Bienvenido recreados por Dustin
Hoffman y Robert de Niro, este novel intérprete no se permite
plagios: "Puedes estar seguro de que para Bienvenido no me fijé en
el trabajo ni en los personajes de nadie. Esos actores no tienen
nada que ver con ese trabajo".
Aspirando como es
lógico a no "encasillarse" en ese tipo de papeles, por el hábito
de ser asociados los intérpretes con determinados papeles, el joven
actor trabaja ahora en unas aventuras donde hará el papel de un
asesino.
Todavía ahora, mucho
tiempo después de haber sido filmada la telenovela, ¿qué
reacción tiene este artista cuando recuerda a Bienvenido?
"Me
jorobo todo —contesta—, me entran ganas de mejorarle cosas. Creo
que hay un Jorge Ferdecaz antes de Bienvenido y otro después de
él. He crecido mucho con este personaje que respeta a la gente y es
incapaz de engañar. Es un punto de clímax en mi carrera, el que
más me marcó. Pero, como era un personaje secundario, nunca pensé
que fuera a calar tanto."
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