Declaración del
Ministerio de Relaciones Exteriores
El pasado 20 de mayo de
2003, el Gobierno de los Estados Unidos de América llevó a cabo
nuevas acciones que constituyen una escalada en la agresión
radioelectrónica y televisiva que viene llevando a cabo contra la
Revolución Cubana desde hace décadas.
La emisora de radio
creada y operada por el Gobierno estadounidense con el objetivo de
promover la subversión en Cuba, pérfida y ultrajantemente
bautizada con el nombre de José Martí, salió ese día al aire
utilizando cuatro nuevas frecuencias, hecho que provocó
interferencias y afectaciones a las transmisiones radiales cubanas.
Estos actos constituyen una franca y grosera violación del Derecho
Internacional y las normas y regulaciones establecidas por la Unión
Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organización
internacional con sede en Ginebra, que fuera constituida con el
objetivo de promover el buen funcionamiento de las
telecomunicaciones en todo el mundo y, en particular, a su
Reglamento de Radiocomunicaciones.
En horas de la tarde del
mismo día, la señal televisiva transmitida con iguales propósitos
hacia Cuba por los servicios oficiales de propaganda
norteamericanos, salió al aire de seis a diez de la noche,
utilizando canales y sistemas asignados legalmente a estaciones
cubanas de televisión e inscritas debidamente en la ya citada
organización internacional. Esta acción es también violatoria del
Derecho Internacional y de las normas acordadas por todos los
Estados en el marco de la Unión Internacional de
Telecomunicaciones, en especial del numeral 23.3 de su Reglamento de
Radiocomunicaciones, que prohíbe las transmisiones televisivas más
allá de los límites nacionales.
En virtud del numeral
15.34 del propio Reglamento, la agresión televisiva de Estados
Unidos constituye una interferencia perjudicial, provocada por una
estación de televisión operando en el canal 13 de VHF (210 a 216
MHz), que afectó severamente servicios de televisión cubanos
debidamente registrados en dicho canal.
El propio preámbulo de
la Constitución de la Unión Internacional de Telecomunicaciones
establece la importancia creciente de las telecomunicaciones para la
salvaguardia de la paz y el desarrollo económico y social de todos
los Estados y, por tanto, declara la necesidad de facilitar el buen
funcionamiento de las telecomunicaciones, mediante la cooperación
internacional para la realización plena de los objetivos antes
expuestos. Las agresiones radiales y televisivas de Estados Unidos
contra Cuba evidencian el total desprecio de dicho gobierno por las
normas que rigen las relaciones internacionales.
La agresión radial y
televisiva de los Estados Unidos contra Cuba no es un fenómeno
nuevo. Cada semana, emisoras radicadas en el territorio de los
Estados Unidos transmiten hacia nuestro país más de 2 220 horas de
programación contrarrevolucionaria, promoviendo la subversión
contra el orden constitucional que se diera libre y soberanamente
nuestro pueblo. Son 24 las frecuencias que se destinan a
programaciones exclusivamente con esos fines.
En esta ocasión, la
violación del Derecho Internacional y, en particular, de las normas
internacionales que regulan el uso de las frecuencias de
radiocomunicaciones, se ha visto agravada por varios factores. Más
allá de la premeditación y la hipocresía que guiaron el diseño y
la instrumentación de las acciones descritas, destaca el hecho de
que las transmisiones subversivas fueron dirigidas hacia Cuba desde
un avión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en un horario
estelar de la programación nacional, interfiriendo su normal
difusión a través de bandas de frecuencia utilizadas por las
emisoras radiales y televisivas cubanas.
Llama igualmente la
atención, la inacción de las autoridades norteamericanas contra el
terrorista de origen cubano José Basulto y sus intentos de
transmitir señales de televisión hacia territorio cubano. A pesar
de que los representantes de Estados Unidos informaron por los
canales diplomáticos que habían alertado al señor Basulto de que
cualquier transmisión hacia Cuba sería considerada una violación
de la ley norteamericana y en consecuencia se actuaría contra él,
se conoció que dicho terrorista voló libremente el pasado 20 de
mayo y si no transmitió, se debió a problemas con el transmisor
que iba a utilizar y no a las acciones de las autoridades
estadounidenses.
Frente a las
pretensiones del actual Gobierno de los Estados Unidos de imponer al
mundo su voluntad como única norma aplicable, Cuba reivindica un
orden internacional en el que el respeto al Derecho Internacional
rija para todos por igual. Este es un paradigma irrenunciable de la
convivencia pacífica y la justicia en el planeta.
Si bien es cierto que
esas nuevas agresiones radiales y televisivas fueron neutralizadas
por nuestros especialistas, Cuba está en la obligación y el
derecho de denunciar estos actos ilegales y de exigir que se ponga
fin a los mismos. Se está procediendo a emprender diversas acciones
político-diplomáticas con dicho fin, tanto de orden bilateral,
como en el marco de los escenarios multilaterales pertinentes.
Al Jefe de la Sección
de Intereses de los Estados Unidos de América en Cuba, señor James
Cason, le ha sido entregada en la sede de nuestro Ministerio de
Relaciones Exteriores una Nota Verbal de protesta, en la que se
dejan establecidas las violaciones cometidas por el Gobierno de los
Estados Unidos contra la reglamentación internacional en materia de
telecomunicaciones y el Derecho Internacional.
Del mismo modo, las
autoridades cubanas en materia de radiocomunicaciones han denunciado
el hecho ante la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) del
Gobierno de los Estados Unidos, dejando claros todos los parámetros
técnicos y legales que han sido groseramente violados.
Asimismo, Cuba está
procediendo a denunciar los hechos descritos ante el Secretario
General de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y
solicitando la adopción de las medidas de rigor en estos casos.
Cuba denunciará la
escalada de las agresiones radiales y televisivas de Estados Unidos
en todos los foros y ocasiones en que resulte adecuado y necesario.
El pueblo cubano,
forjado tanto en la lucha armada como en la batalla de ideas que
libra cada día frente a la manipulación mediática y las mentiras
que fabrica la poderosa maquinaria de desinformación
norteamericana, está listo para enfrentar con éxito cualquier
desafío que se le imponga. Las acciones emprendidas por nuestro
Gobierno son una confirmación de su voluntad inclaudicable de
defender la soberanía del pueblo cubano, que incluye el disfrute
sin interferencias de las frecuencias radiales y televisivas que le
corresponden a nuestro país, con sujeción a las normas y
regulaciones del Derecho Internacional.
Ministerio de
Relaciones Exteriores
La Habana, 22 de mayo
de 2003 |