Educar y prevenir,
antes que reeducar
Sara
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En la actuación
temprana en la comunidad, donde la labor educativa y de prevención
está llamada a evitar conductas delictivas y problemas sociales
posteriores, estuvo el acento principal del XVI Pleno de la
Comisión Nacional de Prevención y Atención Social, efectuado ayer
en la capital.
Al examinar el último
año de trabajo, Vilma Espín, presidenta de la Comisión, destacó
los esfuerzos que realizan los diferentes organismos que integran
ese grupo de trabajo al dar seguimiento a sus programas sociales y
promover acciones que favorezcan la atención y enfrentamiento a los
principales problemas.
Entre otros temas, los
participantes evaluaron positivamente la labor de los jueces de
ejecución en varios territorios del país, particularmente en Villa
Clara y la provincia de La Habana, así como la influencia que
pueden ejercer en la reinserción social de quienes han cometido
algún delito.
Según precisó Osvaldo
Sánchez, vicepresidente del Tribunal Supremo, esa experiencia
iniciada hace tres años se aplica ya en todas las provincias y,
aunque todavía queda mucho que hacer al respecto, se aprecian
algunos resultados favorables, como el empleo de más del 90% de las
65 000 personas en régimen de limitación de libertad, de las
cuales solo el 5,9% ha incumplido con los requisitos impuestos y
regresado a prisión.
No obstante, para este y
otros aspectos se insistió en la importancia de la labor educativa,
el intercambio con la familia, el conocimiento de sus problemas y el
medio social, para poder ejercer una influencia eficaz.
En ese sentido el
ministro de Educación, Luis Igancio Gómez, reiteró que la
educación sigue siendo fundamental en la prevención, pues está
probado que no es posible reeducar al que no ha sido educado.
Abundó además en las posibilidades que se abren con los nuevos
programas que buscan el perfeccionamiento y una óptima calidad de
la educación en la enseñanza primaria, a partir de una mejor
atención de los maestros a un grupo menor de alumnos, además de
otros planes con vistas a la enseñanza secundaria y las escuelas de
conducta. Condiciones que ahora hay que aprovechar al máximo en la
labor social y educativa de prevención, dijo. |