RÍO DE JANEIRO, 23 de mayo (PL). —
Los temores por la posición de Brasil frente al ALCA decidieron al
presidente estadounidense George W. Bush a acordar una reunión con
el mandatario Luiz Inacio Lula da Silva, según apreciación
generalizada hoy aquí.
Bush y Lula sostendrán su segundo
encuentro el próximo 20 de junio en Washington, según anunció la
Casa Blanca. El anterior fue el 10 de diciembre, cuando aún este
último no había asumido la presidencia de Brasil, para la cual fue
electo a fines de octubre.
El anuncio de la cita se produce en
vísperas del arribo a Brasilia, el próximo día 27, del
representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick, quien
trae en la agenda casi como único tema el Área de Libre Comercio
de las Américas (ALCA), de cuya comisión gestora su país y Brasil
ocupan las co-presidencias.
Al igual que la mayoría de los
diarios, que atribuyen la decisión de la visita a la preocupación
de Washington por el ALCA, O Globo escribe hoy que "Los Estados
Unidos temen que Lula use su influencia en América Latina para
crear obstáculos a la formación del ALCA en enero de 2005".
El rotativo apunta al respecto que
"Brasil ha tomado posición contra las propuestas
americanas", y precisamente ayer el ministro de Desarrollo,
Luis Furlan, dijo que el Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay) está más próximo de un acuerdo con la Unión
Europea que con el ALCA".
Furlan hizo la afirmación en un
fórum económico en Río, al cual el canciller Celso Amorín envió
el miércoles un discurso escrito, por estar en el exterior, en el
cual afirmó que Brasil puede prescindir del ALCA en su priorizado
propósito de "asociarse más estrechamente a las economías de
América del Sur o de México, lo que podría ser hecho vía
ALADI".
Añadió que "la perspectiva de
obtención de condiciones de acceso privilegiado al mercado
americano es obviamente atrayente" para varios sectores,
"pero los contornos generales de la dinámica de las
negociaciones no pueden ser considerados favorables a nuestros
intereses".
La semana pasada, el vicecanciller
Samuel Pinheiro Guimaraes dijo que el actual gobierno brasileño
heredó el proceso negociador del ALCA y lo mantendrá, pero sin
poner en juego los intereses nacionales ni anexar Sudamérica al
NAFTA (acuerdo de libre comercio de Norteamérica).
"Nuestras relaciones con Estados
Unidos siempre fueron y serán de extraordinaria
importancia, pero, encima de ellas, están los intereses del pueblo
brasileño", aclaró y calificó de inaceptable que las
inversiones extranjeras se sobrepongan a las leyes nacionales.
También Amorín estimó que no es
definitiva la fecha del 2005 para la entrada en vigor del ALCA,
precisó que "la cuestión es de qué ALCA nosotros
hablamos", y agregó que "no nos sirve un ALCA que deja
para la OMC los temas que más ambicionamos".
Respecto a esto último, el diario O
Globo planteó a principios de mes que es cada vez mayor la
posibilidad de que Brasil pida un plazo más amplio para concluir
las negociaciones del ALCA.
El rotativo apuntó que la prioridad
dada por el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva a un acuerdo de
libre comercio y la integración entre todas las naciones
sudamericanas puede compensar la ausencia de las "pretendidas
ventajas" del proyecto que impulsa Estados Unidos.