Temas beisboleros

Desborde ofensivo

SIGFREDO BARROS

La jornada del miércoles alteró la tónica eminentemente defensiva de la II Super Liga de Béisbol al marcarse —por primera vez—, un total de 23 carreras, con dos conjuntos, Habaneros y Centrales, superando la cota de siete carreras que, salvo una excepción, había sido la máxima producción en las seis primeras jornadas del evento.

Una lechada, cinco partidos en los que uno de los dos contendientes marcaba una carrera y otros cuatro donde anotaron dos, además de solo dos jonrones en los primeros ocho encuentros, amenazaban con tildar al torneo como el del "Reino del Pitcheo" o el de la "Huelga de Bateadores".

Era de esperar una reacción semejante después de la puesta en práctica de la mal llamada "nueva zona de strike", que no es más que la aplicación de lo establecido en las reglas vigentes en este deporte, en las cuales todo lanzamiento entre la zona baja de las rodillas y las axilas es considerado bueno. En la pasada XLII Serie Nacional más de uno de nuestros árbitros "cerró" demasiado la zona, en detrimento de los pitchers, las víctimas por excelencia de una era en la cual las pelotas son más vivas, los terrenos más cortos y los bateadores más fuertes y protegidos (casco, tobillera, codera).

Foto: RICARDO LÓPEZYoandry Urgellés remolcó 5 carreras.

Pero, poco a poco, las aguas han ido cogiendo su nivel. Con semejante concentración de bateadores (Orientales se dio el lujo de colocar a Rey Isaac de séptimo, el mismo turno en el cual Occidentales alineó con Alexei Ramírez, líder en jits de la XLII), no resulta nada fácil salir airoso. Además, ya la amplitud de la zona no sorprende y, por tanto, es de esperar que la ofensiva aumente con el decursar de los días hasta el 10 de junio, fecha del tercer juego del play off entre los dos primeros de la tabla de posiciones.

Como ya es habitual en la comunicación entre ustedes y este redactor, no faltan los números para apoyar las tesis. Después de los partidos del miércoles, Centrales era el líder en carreras anotadas, 31, para un promedio de 4,42 por juego, perseguido por Habaneros (27 y 3,85) y el binomio Orientales-Occidentales, ambos con 24 y 3,42 de average.

En total, en la II Super Liga los corredores han pisado la goma en 106 oportunidades durante los 14 juegos efectuados, para un promedio general de 7,57 carreras por partido, es decir, menos de ocho entre los dos rivales de turno. Una comparación con la pasada XLII Serie dice a las claras el descenso en el ataque: en 719 juegos se anotaron 8 079 carreras, para un promedio de 11,24 por cada partido. Una zona de strike más amplia y una selección de lanzadores con más recursos —velocidad, control, diversidad de lanzamientos—, son las responsables de que la Super camine mucho más rápido, con marcadores más cerrados y ahorro de tiempo. Como debe de ser el béisbol.

 

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