Música cubana, la otra Alegría de Luberta

Antonio Paneque

Cautivado su público básicamente por el humorismo costumbrista, después de 38 años al aire quizá no todos recuerden que Alegrías de sobremesa ha sido uno de los programas radiales que más ha trabajado por la difusión de la música cubana. Promotora de la sonrisa junto al chiste, la melodía es para Alberto Luberta la otra alegría de ese espacio.

Al menos eso se infiere de lo que dice ahora este escritor de la radio, al rememorar que el mencionado espacio humorístico, aparecido en 1965, tuvo desde un principio esa doble intención emancipadora del espíritu: hacer reír al ritmo de notas musicales.

"Cuando comienza el programa en aquella fecha —recuerda Luberta— había una baja en general en la difusión de la música cubana. Reinaba la moda pop española. Entonces decidimos que en Alegrías... las actuaciones fueran de nuestra música y así ha sido hasta la fecha."

Aunque admite que generalmente el sketch es lo que más llama la atención en ese espacio, para este autor de libretos humorísticos radiales el propósito de defender el patrimonio musical del país ha sido igual de importante.

"Tanto es así que La Aragón se convirtió en nuestra orquesta insignia. Aunque hay agrupaciones que no van al programa por distintas razones, entre ellas las relacionadas con el transporte y la cantidad de integrantes, otras como NG La Banda, Adalberto Álvarez y su Son, La Ritmo Oriental, La Charanga Habanera o Paulito F.G. puede decirse que empezaron por Alegrías de sobremesa.

"Para muchas de esas agrupaciones el programa fue realmente un trampolín —considera Luberta. Aquí debutaron también conjuntos como el de Los Zafiros y ocurrió el boom de otros como el de Pello el Afrocán."

 

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