Gobierno de Lula heredó el ALCA, pero preservará 
intereses nacionales

"Nuestras relaciones con Estados Unidos fueron y serán siempre de extraordinaria importancia, pero, encima de ellas, están los intereses del pueblo brasileño", dijo vicecanciller Samuel Pinheiro Guimaraes, quien calificó de inaceptable que las inversiones extranjeras se sobrepongan a las leyes nacionales

BRASILIA, 14 de mayo (PL).— El vicecanciller Samuel Pinheiro Guimaraes dijo que el actual gobierno brasileño heredó el proceso negociador del ALCA y lo mantendrá, pero sin poner en juego los intereses nacionales ni anexar Sudamérica al Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

En un seminario sobre el tema en la Cámara de Diputados, Guimaraes aseguró que el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva es totalmente contrario a que el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), promovida por Estados Unidos, sea una simple anexión al Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA)

"Nuestras relaciones con Estados Unidos fueron y serán siempre de extraordinaria importancia, pero, encima de ellas, están los intereses del pueblo brasileño", dijo y calificó de inaceptable que las inversiones extranjeras se sobrepongan a las leyes nacionales.

También señaló que hasta hoy, en las negociaciones del ALCA, no se habló de fondos compensatorios ni de reconocer las diferencias y las asimetrías entre los distintos países, como se hizo en la Unión Europea.

También estamos en contra del dispositivo del NAFTA que dice que los inversionistas extranjeros tienen derecho de actuar sobre los gobiernos de los países miembros en caso de que alguna legislación perjudique sus ganancias, dijo, y agregó que "algunos tienen derecho hasta a indemnización".

El Vicecanciller puntualizó asimismo que Brasil defiende un mundo multipolar, regulado por normas internacionales, y por tanto está contra la hegemonía de los norteamericanos en el mundo, como de Brasil en América del Sur.

Expresó de otro lado que Brasil buscará aliados para quebrar las normas que impiden el desarrollo de una política industrial para el país, como la prohibición de exigir índices de nacionalización y uso de insumos y mano de obra locales, lo cual se está intentando en la ronda de la Organización Mundial de Comercio (OMC)

Guimaraes apuntó que el gobierno brasileño ha intentado flexibilizar esas reglas, para permitir que los países en desarrollo puedan aplicarlas, pero las mega empresas transnacionales tienen interés en que no haya obstáculos a sus inversiones y a la entrada y salida de capitales.

En la misma línea de pensamiento, el canciller Celso Amorín dijo ayer que el gobierno brasileño hará un esfuerzo para rediseñar y adaptar el actual formato de negociaciones del ALCA a los intereses del Mercado Común del Sur (MERCOSUR, formado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay)

Explicó que las líneas generales que seguirá Brasil serán definidas por el presidente Lula con los ministros involucrados en los temas comerciales antes de que llegue a Brasilia, el próximo día 27, el representante de Estados Unidos para el comercio, Robert Zoellick, para reanudar las negociaciones sobre el ALCA.

Tras estimar que no es definitiva la fecha del 2005 para la entrada en vigor del ALCA, precisó que "la cuestión es de qué ALCA nosotros hablamos", y agregó que "no nos sirve un ALCA que deja para la OMC los temas que más ambicionamos".

"Queremos rediseñar y adaptar el formato de la negociación del ALCA, tanto en lo que se refiere a nuestros intereses ofensivos, que son los de apertura de mercados a nuestros productos agropecuarios e industriales, como respecto a nuestros intereses de preservar el espacio del Estado para la adopción de políticas de desarrollo", dijo.

Amorín indicó que Brasil y sus socios del MERCOSUR están interesados especialmente en el acceso al mercado norteamericano, pero en el actual esquema Estados Unidos insiste en negociar sólo en la OMC temas esenciales para este bloque, como eliminación de subsidios a la agricultura en los países desarrollados y las reglas antidumping.

Al mismo tiempo —agregó— el gobierno estadounidense presiona para obtener reglas más ambiciosas que las definidas por la OMC sobre propiedad intelectual, inversiones y otros temas que Brasil no pretende tocar.

Criticó, además, que Estados Unidos optó por bilateralizar el ALCA al presentar ofertas diferenciadas de acceso a mercados para cada bloque del Hemisferio, la peor de ellas para el Sudamericano.

 

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