El pasado miércoles, 30 de abril, el
Gobierno de los Estados Unidos, presentó el informe anual
"Patrones del Terrorismo Mundial". En este documento,
nuevamente se incluye a Cuba dentro de la lista de Estados que,
supuestamente, auspician el terrorismo a nivel internacional.
El gobierno de Cuba rechaza
enérgicamente, una vez más, la infame inclusión de nuestro país
en este unilateral y espurio listado. La Administración Bush miente
nuevamente ante la opinión pública norteamericana e internacional,
en su afán de justificar, con falsas acusaciones, la cruel e
inhumana política de bloqueo, hostilidad y agresión contra Cuba.
Con esta acción, el gobierno de
Estados Unidos incrementa su falta de credibilidad en su campaña
contra el terrorismo internacional, al acudir a manipulaciones
políticas y flagrantes mentiras contra Cuba, en su obsesión por
destruir a la Revolución.
El Gobierno de los Estados Unidos, de
forma arbitraria, incluye a Cuba en la lista de países que,
supuestamente, auspician el terrorismo en el mundo, al mismo tiempo
que rechaza mediante argumentos vacíos, irracionales y sin ningún
sustento real, la propuesta realizada por Cuba para suscribir un
Programa Bilateral de lucha contra el terrorismo, presentada al
gobierno de Estados Unidos desde el 29 de noviembre de 2001 y
reiterada el 3 de diciembre de 2001, el 12 de marzo del 2002, y el
17 de diciembre del 2002 en ocasión de celebrarse la 19na ronda de
conversaciones migratorias entre ambos países.
Mezquinas motivaciones electorales en
la Florida, donde actúa impunemente la mafia terrorista que ha
organizado cientos de atentados terroristas contra Cuba, y un odio
visceral al ejemplo y a la alternativa que representa la Revolución
cubana para los países del Tercer Mundo, llevan al gobierno
norteamericano a negar, con la inclusión de Cuba en la lista de
países que auspician el terrorismo, la racionalidad política que
hubiera podido tener su campaña contra el terrorismo internacional.
Cuba conoce, como quizás ningún
otro país en el mundo, lo que significa el terrorismo. Hemos sido,
desde 1959, víctimas del terrorismo más cruel y despiadado, muchas
veces auspiciado, protegido, financiado y organizado por el propio
gobierno de Estados Unidos, y que ha causado la muerte de miles de
ciudadanos cubanos.
La política de la Revolución cubana
con relación al terrorismo no admite cuestionamientos ni dudas, y
mucho menos provenientes de Washington.
Cuba, condena todos los actos,
métodos y prácticas de terrorismo en todas sus formas y
manifestaciones, dondequiera, por quienquiera que los cometa, contra
quienquiera que se cometan y cualesquiera que sean sus motivaciones.
Asimismo, condena toda acción que tenga por objeto alentar, apoyar,
financiar o encubrir cualquier acto, método o práctica terrorista.
Cuba fue uno de los primeros países
en condenar enérgicamente, sin vacilaciones, el crimen del 11 de
septiembre del 2001; expresó las condolencias de nuestro pueblo al
pueblo de Estados Unidos y nuestra disposición a brindar asistencia
médica y humanitaria a las víctimas; y ofreció de inmediato abrir
su espacio aéreo y sus aeropuertos para recibir a los aviones de
pasajeros que se encontraban en el aire y que se dirigían, en ese
difícil momento, a los Estados Unidos.
El Ministerio de Relaciones
Exteriores de Cuba, denuncia ante el pueblo de Cuba y la opinión
pública internacional, las falacias y mentiras con que el gobierno
norteamericano pretende engañar al mundo y a su pueblo y de esta
forma sustentar su política agresiva y hostil contra nuestro país.
ANTE LA REITERACIÓN DE ESTAS FALSAS
ACUSACIONES, UNA VEZ MÁS, NOS VEMOS OBLIGADOS A PRESENTAR LA
VERDAD:
Como parte de su política
hegemónica mundial, el gobierno de Estados Unidos emite desde
diciembre de 1979 la mencionada lista de supuestos "Estados
auspiciadores del terrorismo internacional".
Contra estos Estados se aplica todo
género de sanciones económicas, bloqueos, congelamiento de activos
en bancos norteamericanos, medidas de aislamiento político, etc.
En estos momentos la lista incluye
siete países: Iraq, Irán, Siria, Sudán, Libia, la República
Popular Democrática de Corea y Cuba. Una sola mirada a la lista
muestra a las claras el objetivo político que la anima.
Adicionalmente, desde 1981, el
Departamento de Estado comenzó a emitir un informe anual titulado
"Patrones del Terrorismo Global", mediante el cual
notifica al Congreso de Estados Unidos, según su criterio
unilateral y sin fundamento jurídico ni aprobación internacional,
la situación del terrorismo internacional en el año precedente.
Cuba fue incorporada a la Lista en
marzo de 1982. Ese mismo año, el informe anual del Departamento de
Estado sobre "Patrones del Terrorismo Global" se refiere
por primera vez a Cuba. Desde entonces, y durante 21 años, el
gobierno de Estados Unidos ha insistido en las calumniosas y
cínicas acusaciones contra Cuba en materia de terrorismo.
A lo largo de todos estos años, los
pretextos para incluir a Cuba en la Lista han sido variados, pero
siempre ha sido evidente la falta de veracidad y objetividad de los
mismos, y la debilidad de nuestros acusadores al intentar
sustentarlos. Nunca el gobierno de los Estados Unidos ha podido, ni
podría, probar la participación de Cuba en acto terrorista alguno.
Sus falsos argumentos se han ido desgastando de forma sistemática
con el paso del tiempo, lo que ha llevado, incluso, a que
funcionarios del gobierno estadounidense reconozcan que la
inclusión de Cuba es simplemente un instrumento político contra
nuestro país.
Desde mediados de la década del 90,
inclusive, los falsos pretextos han ido agotándose, y a fuerza de
no poder inventar otros, en los últimos informes se han mantenido
prácticamente las mismas mentiras contra Cuba.
¿Cuáles son los falaces argumentos
del Gobierno norteamericano para incorporar a Cuba a la lista de
Estados que auspician el terrorismo en el mundo?
1) La presencia en Cuba de miembros
de la organización "Patria Vasca y Libertad" (ETA).
2) La protección y el apoyo de Cuba
a miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
3) La presencia en Cuba de fugitivos
de la justicia norteamericana.
4) El hecho de que un "experto
en armas" del Ejército Republicano Irlandés, residente
durante algún tiempo en La Habana, fue detenido en Colombia por,
supuestamente, entrenar a miembros de las FARC en uso de explosivos.
5) La "oposición" de Cuba
a la "coalición" dirigida por Estados Unidos para
desarrollar su lucha global contra el terrorismo y las críticas a
muchas políticas y acciones norteamericanas. El envío de agentes a
Embajadas norteamericanas en el mundo para proveer pistas falsas con
el propósito de subvertir las investigaciones.
1) Sobre la presencia de miembros de
ETA en nuestro país.
La presencia en Cuba de miembros de
la organización vasca ETA, se originó a partir de una solicitud de
los gobiernos de España y Panamá con el objetivo de ayudar a la
solución de una situación que amenazaba con tornarse muy compleja
en este último país. Teniendo en cuenta esa solicitud, se alcanzó
un acuerdo en 1984 con el gobierno español, encabezado en aquel
entonces por el presidente Felipe González, y con el gobierno de
Panamá, mediante el cual viajaron a Cuba un grupo de militantes de
ETA.
Los miembros de ETA residentes en
Cuba, nunca han utilizado nuestro territorio para actividades de esa
organización contra España ni contra ningún otro país. Cuba ha
cumplido escrupulosamente con el espíritu de aquel acuerdo. El tema
de la presencia de miembros de la ETA en Cuba es un asunto de
índole bilateral, sobre el cual se han mantenido contactos con el
gobierno de España. El Gobierno de los Estados Unidos no tiene
derecho, ni autoridad, para inmiscuirse en estos temas, que en lo
absoluto lo involucran, ni mucho menos afectan su seguridad
nacional, como tampoco afectan la seguridad de ningún otro Estado.
2) Sobre la llamada protección y el
apoyo a miembros de las FARC y el ELN.
Entre las organizaciones catalogadas
por Estados Unidos como terroristas, arrogándose un
"derecho" que no le corresponde, se encuentran las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de
Liberación Nacional (ELN).
Aunque actualmente el diálogo entre
el gobierno y la guerrilla está suspendido, como se conoce, tanto
el gobierno colombiano como estas fuerzas guerrilleras, coincidieron
en solicitar, en su momento, a Cuba, su participación en el proceso
de paz y siguen manteniendo esa posición.
Cuba es partidaria de una solución
política negociada para alcanzar la paz en Colombia. Somos parte
del Grupo de Países Facilitadores del diálogo entre las FARC y el
gobierno de Colombia, junto con otros países de Europa y América y
al mismo tiempo parte del Grupo de Países Amigos para las
conversaciones de paz entre el ELN y el gobierno colombiano, en este
caso junto con Francia, España, Suiza y Noruega.
En nuestro país se han celebrado
varias rondas de negociaciones entre los movimientos guerrilleros y
el gobierno colombiano. La transparente postura mantenida y la ayuda
del gobierno cubano al proceso de paz en Colombia han sido
reconocidas ampliamente, no solo por las FARC y el ELN, sino por la
ONU y el propio gobierno colombiano, que lo ha declarado
públicamente.
La irracionalidad de este argumento
llega al colmo de que en el propio informe del Departamento de
Estado se reconoce que "el Gobierno colombiano conoce de estos
arreglos y que ha planteado (el gobierno de Colombia) que desea que
Cuba continúe de mediadora en el proceso de Paz".
3) Presencia en Cuba de fugitivos de
la justicia norteamericana.
Con relación a la supuesta presencia
en Cuba de fugitivos de la justicia norteamericana, vale la pena
recordar que ha sido el gobierno de Estados Unidos el que ha
recibido a lo largo de todos estos años, precisamente como parte de
su política de agresión contra Cuba, a cuanto terrorista o
delincuente cubano haya llegado a territorio norteamericano, por la
vía que fuere.
Estados Unidos no solo recibió en
los primeros momentos del triunfo revolucionario a cientos de
esbirros, torturadores y asesinos de la tiranía batistiana que
huyeron de la justicia revolucionaria, sino que ha mantenido durante
más de cuatro décadas la política de proteger y dar resguardo a
cuanto criminal llegue a territorio norteamericano luego de haber
cometido actos delictivos contra Cuba y su pueblo.
Asesinos confesos, terroristas,
secuestradores de embarcaciones y aeronaves y delincuentes de todo
tipo, han sido acogidos por el gobierno norteamericano, el que
jamás ha intentado, siquiera, devolver a alguna de estas personas
reclamadas por la justicia cubana.
Existían dos Acuerdos de
Extradición entre Cuba y Estados Unidos, uno firmado en el año
1904 y otro en el año 1926. No fue Cuba quien dejó de honrar los
mencionados Acuerdos. En una fecha tan temprana como el 7 de enero
de 1959, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba envió al
Departamento de Estado norteamericano una nota diplomática
solicitando la extradición de varios fugitivos de la justicia
cubana, esbirros del régimen de Batista que habían huido a Estados
Unidos.
Con posterioridad, se han sucedido
decenas y decenas de notas reclamando el retorno de personas que han
delinquido en nuestro país y han viajado posteriormente a Estados
Unidos. Nunca se ha recibido una respuesta positiva por parte del
gobierno de Estados Unidos a todas estas notas diplomáticas. Nunca
Estados Unidos ha devuelto a uno solo de los fugitivos de la
justicia cubana.
Reconocidos terroristas y asesinos
como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Gaspar Jiménez Escobedo,
Pedro Remón, Guillermo Novo Sampol, Leonel Macías, Nazario
Sargent, Francisco José Hernández Calvo, José Basulto, Rubén
Darío López Castro, Roberto Martín Pérez, Silverio Rodríguez
Pérez, Rodolfo Frómeta, Ramón Leocadio Bonachea, William Chávez
y otros que harían la lista interminable, se han paseado libremente
por Miami durante años, sin que nadie los moleste, con total
impunidad y privilegios.
Cuba fue una de las primeras
víctimas de la práctica terrorista del secuestro de aviones. Entre
1959 y el 2001, un total de 51 aviones cubanos fueron secuestrados y
en su mayoría desviados hacia Estados Unidos. Muchos de los aviones
quedaron y aun siguen quedando en Estados Unidos, robados
descaradamente por la mafia de Miami. No pocos pilotos, custodios u
otras personas fueron asesinadas o heridas en estos secuestros. El
gobierno de Estados Unidos no ha sancionado jamás a ninguno de esos
secuestradores.
En cambio, entre 1968 y 1984, un
total de 71 aviones fueron secuestrados en Estados Unidos y
desviados hacia Cuba. Un total de 69 de los participantes en esas
acciones fueron sancionados y cumplieron condenas en Cuba. La
inmensa mayoría de ellos abandonó el país después de cumplir su
sanción.
El gobierno cubano devolvió a
Estados Unidos el 18 de septiembre de 1980, después de advertir que
actuaría de esa forma ante nuevos casos, a dos secuestradores de
aviones, poniéndolos en manos de la justicia norteamericana. Con
esta actuación Cuba eliminó de raíz los secuestros de aviones
hacia su territorio.
Las recientes manipulaciones
anticubanas en torno a los secuestros del DC-3, el AN-24 y otras
naves y aeronaves cubanas, sobre las cuales se ha brindado amplia
información a nuestro pueblo, muestran claramente que la misma
irresponsabilidad con que se actuó en el pasado sigue siendo el
patrón que guía a las autoridades norteamericanas en el presente.
También se ha devuelto a Estados
Unidos a otras personas en años más recientes. Como se recordará,
en la Declaración del MINREX del 17 de marzo del 2002, se dio a
conocer la entrega al gobierno norteamericano, el 12 de enero de ese
año, del ciudadano norteamericano Jesse James Bell, acusado en
Estados Unidos de varios cargos relacionados con el narcotráfico.
Nuestro país, por otra parte, ha
mostrado siempre su total cooperación para intercambiar
información con las autoridades norteamericanas; para recibir a
fiscales e investigadores norteamericanos involucrados en casos de
narcotráfico, emigración ilegal, secuestros, etc; funcionarios
cubanos han testificado en diferentes juicios en Estados Unidos en
los cuales las autoridades norteamericanas han solicitado
colaboración.
4) Sobre la presencia en Cuba de un
"experto en armas" del Ejército Republicano Irlandés
(IRA).
El informe del Departamento de
Estado, vuelve, en esta edición, a reiterar un embuste que había
aparecido, por primera vez, en el Informe del 2001. Este es un tema
sobre el cual se ha aclarado en detalles de forma pública.
Este supuesto "experto en
armas" del IRA, el Sr. Niall Conolly fue detenido en agosto del
año 2000 en Bogotá, Colombia, donde las autoridades colombianas
siguen un proceso legal en su contra que aún no ha concluido.
El Sr. Niall Conolly residió en Cuba
desde 1996 hasta el año 2000, período en el que se desempeñó
como representante del Sinn Fein, partido político irlandés, de
carácter legal y con representación en el parlamento británico.
Su actuación en Cuba fue siempre de
estricto carácter político, en el marco de sus relaciones con el
Partido Comunista de Cuba y de otros partidos en América Latina.
5) Sobre la llamada
"oposición" de Cuba a la coalición de los Estados Unidos
contra el terrorismo global, las críticas a las políticas y
acciones norteamericanas y los supuestos intentos de Cuba para
"desviar" y "obstruir" la investigación de
Estados Unidos en torno al 11 de septiembre; y el suministro de
información "falsa" e "insignificante" sobre
terroristas.
Este es, sin dudas, el más infame de
los pretextos utilizados por el Gobierno de los Estados Unidos para
incluir a Cuba en la llamada lista de Estados auspiciadores del
terrorismo.
El Gobierno de los Estados Unidos
pretende con este argumento esconder y minimizar todo lo que ha
hecho Cuba en el combate al terrorismo internacional.
Con este falaz argumento, trata el
Gobierno norteamericano de confundir a la opinión pública, al no
reconocer todos los gestos y acciones del Gobierno cubano, después
del 11 de septiembre de 2001.
Más allá de las declaraciones de
líderes de la Revolución con relación a los atentados del 11 de
septiembre, de nuestras acciones iniciales y de los pasos que dimos
a nivel internacional y que todo nuestro pueblo conoce, es
importante que se conozca también, que:
• El 21 de septiembre de 2001, el
MINREX entregó la Nota diplomática 1613, que contenía la
respuesta a la solicitud de información que presentara la SINA
sobre una lista de 25 personas que podían haber entrado a Cuba como
turistas y que eran considerados por las autoridades norteamericanas
como terroristas.
• El 25 de septiembre de 2001, el
MINREX entregó a la SINA la Nota diplomática 1621, con
información sobre nueve ciudadanos extranjeros que se encontraban
en nuestro país y sobre los cuales nos habían solicitado
información.
• El 26 de octubre de 2001, el
MINREX entregó a la SINA una Nota diplomática en la que se expresa
el ofrecimiento de vender, a precio de costo, medicamentos contra el
ántrax. Se ofrecieron hasta 100 millones de tabletas de
ciprofloxacina.
• El 27 de octubre de 2001, el
MINREX entregó a la SINA en calidad de donación, 100 tabletas de
ciprofloxacina que la misión diplomática norteamericana había
solicitado para las personas que habían manipulado valijas
diplomáticas sospechosas de estar contaminadas con ántrax.
• El 12 de noviembre de 2001, el
MINREX comunicó a la SINA la disposición de nuestro país de
entregar, de inmediato, uno o dos equipos de avanzada tecnología,
desarrollados por el Centro de Neurociencias, que podrían ayudar a
las autoridades médicas norteamericanas en la identificación de
las cepas del ántrax. Se le indicó, además, que teníamos la
posibilidad de producir un número de equipos para entregar a las
autoridades norteamericanas, sin ningún interés comercial.
Ofrecimos a las autoridades
norteamericanas, la información y los recursos que teníamos
disponibles. Los ofrecimos con responsabilidad y seriedad.
El Gobierno de los Estados Unidos no
ha tenido siquiera la valentía política de reconocer públicamente
esta colaboración de Cuba; lejos de ello, miente vergonzosamente,
una vez más.
Nuestro país se ha opuesto firme y
decididamente a las guerras contra Afganistán e Iraq y a la nueva
doctrina nazifascista que se intenta imponer en el mundo, y nos
seguiremos oponiendo. Nos sobran argumentos y principios para ello.
El 17 de septiembre del 2002, el
subsecretario de estado Asistente para Asuntos del Hemisferio
Occidental, el Sr. Dan Fisk, quien fuera asistente del ex senador
Jesse Helms y uno de los redactores de la Ley Helms-Burton,
esgrimió acusaciones similares contra nuestro país.
En aquel momento el Sr. Fisk acusó a
Cuba de desviar las investigaciones de su país en torno a los
ataques terroristas del 11 de septiembre, suministrando información
falsa, insignificante y desactualizada y de obstruir mediante
recursos humanos y electrónicos los esfuerzos antiterroristas de
los Estados Unidos.
El Sr. Fisk intentaba entonces,
neutralizar con sus mentiras el impacto que tendría la llamada
"Cumbre nacional sobre Cuba", esfuerzo desarrollado con
éxito por numerosas organizaciones que en los Estados Unidos se
oponen a la política norteamericana contra Cuba, en especial contra
el bloqueo y abogan por un cambio de esta política.
Ese 17 de septiembre, el Sr. Fisk
llegó a afirmar que Cuba había enviado "al menos un desertor
por mes, desde el 11 de septiembre, ofreciendo información falsa,
sobre actos terroristas que se cometerían contra Estados Unidos y
otros intereses occidentales".
Como se recordará, las calumnias del
Sr. Fisk fueron rechazadas de inmediato y de forma enérgica por el
cro. Felipe Pérez Roque, Ministro de Relaciones Exteriores de
nuestro país. Se desafió al Sr. Fisk a que presentara una sola
prueba que respaldara sus acusaciones.
Más de 7 meses han transcurrido
después de estas declaraciones del Sr. Fisk y aún ningún
funcionario de la Administración, ni ningún informe emitido por el
gobierno norteamericano, ha podido responder al desafío cubano.
A pesar de esto, el Departamento de
Estado decide ahora volver a utilizar tan infame y falaz argumento,
con el interés de reanimar el insostenible expediente terrorista
contra Cuba. Decide hacerlo en un momento de gran euforia imperial,
cuando han logrado ocupar Iraq, y cuando los representantes de la
mafia terrorista de Miami exigen a la Casa Blanca, en pago por sus
servicios, que se castigue a Cuba con la mayor dureza y crueldad
posible, y tratan, afanosamente, de orquestar nuevas provocaciones
que faciliten una agresión militar contra Cuba.
Emplazamos, una vez más, al gobierno
de los Estados Unidos, para que presente las pruebas sobre este
supuesto "envío de agentes" a las embajadas
norteamericanas en el mundo para suministrar pistas falsas dirigidas
a subvertir las investigaciones contra el terrorismo.
Cuba ha sido una víctima del
terrorismo organizado, financiado y ejecutado desde los Estados
Unidos
Ha sido precisamente el gobierno de
Estados Unidos el que ha apoyado históricamente a los principales
regímenes terroristas y represivos en el mundo. Fue el gobierno
norteamericano el principal sostén de los gobiernos sangrientos de
Pinochet, Somoza, Duvalier, Batista, Stroessner, las dictaduras
militares de Guatemala, El Salvador y Argentina, el Apartheid en
Sudáfrica. Es hoy el gobierno de Estados Unidos el principal aliado
del gobierno genocida y terrorista de Israel, que masacra
impunemente al pueblo palestino.
El 1º de enero de 1959, Cuba se
libró de los terroristas, asesinos y torturadores de la dictadura
batistiana, que abandonaron nuestro país para dirigirse al
verdadero santuario seguro: los Estados Unidos de América.
A diferencia de Estados Unidos, en
Cuba no se encuentra la sede de ninguna organización terrorista
como las que actúan impunemente en Miami, ni en los bancos de
nuestro país existe o ha habido ningún fondo vinculado a
actividades terroristas, lo que en más de una ocasión se ha
informado a las Naciones Unidas y a su Consejo de Seguridad.
Es el gobierno de Estados Unidos el
responsable de la aplicación de una política terrorista y genocida
contra Cuba, destinada al intento de rendir por hambre y
enfermedades al pueblo cubano, destruir nuestra Revolución y
reimplantar su dominio neocolonial.
Cuba rechaza las definiciones
unilaterales de terrorismo que intenta imponer el gobierno de
Estados Unidos, el cual carece totalmente de autoridad moral para
calificar a Cuba, ante el mundo, como un país terrorista.
Presentarse como el líder de la
lucha contra el terrorismo internacional y a la vez proteger,
estimular y apoyar a organizaciones terroristas que han actuado
contra Cuba por décadas, es solo un ejemplo del doble rasero y la
inconsistencia de la política norteamericana.
El gobierno de Estados Unidos, que
acusa a Cuba de terrorista, fue el que apoyó a la sangrienta
dictadura batistiana, que causó más de 20 000 muertes en Cuba, y
tras su derrota, financió, entrenó y apoyó a las bandas armadas y
grupos terroristas, responsables de todo tipo de crímenes contra
nuestra población.
Es el gobierno que intenta acusarnos
ahora de terroristas, el que ha tolerado, e incluso, atentado
físicamente en cientos de ocasiones contra nuestro Comandante en
Jefe y otros dirigentes de la Revolución; el responsable del
sabotaje al buque francés La Coubre; del incendio y destrucción de
la tienda El Encanto; el que organizó y apoyó con sus fuerzas
armadas la fracasada invasión de Playa Girón; el responsable de
numerosos ataques piratas aéreos y navales contra poblaciones
cubanas indefensas e instalaciones civiles; el que ha apoyado la
quema de cañaverales, el ametrallamiento sobre territorio cubano,
el ataque contra humildes pescadores cubanos y el asesinato de
combatientes de nuestras Policía Nacional Revolucionaria y Tropas
Guardafronteras.
El gobierno de Estados Unidos tiene
responsabilidad en los actos terroristas cometidos con bombas y
explosivos contra las Misiones Diplomáticas de Cuba en Portugal,
ante la ONU y en otros países, causando la muerte y heridas graves
a funcionarios diplomáticos cubanos. Es responsable de la
desaparición física de diplomáticos de nuestro país en
Argentina, y del asesinato de un diplomático cubano en la propia
ciudad de Nueva York.
El gobierno norteamericano es
responsable del más monstruoso y repugnante acto terrorista contra
Cuba: el estallido en pleno vuelo de un avión de Cubana de
Aviación, donde murieron 73 personas.
El gobierno de Estados Unidos tiene
responsabilidad en los actos terroristas ejecutados contra hoteles
cubanos en 1997, durante los cuales pereció un turista italiano.
Esos hechos, como ha sido ampliamente reconocido, fueron organizados
por el terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles, entrenado y
asalariado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados
Unidos.
Resulta evidente el deseo de la
Administración norteamericana de encontrar cualquier pretexto, no
importa cuan descabellado sea, para tratar de justificar ante la
opinión pública norteamericana y mundial, la agresividad contra
nuestro país, su política hostil y el criminal bloqueo económico,
comercial y financiero.
Desde el triunfo mismo de la
Revolución, sucesivas administraciones norteamericanas han tratado
de presentar a Cuba como una amenaza a la seguridad nacional de los
EE.UU., en correspondencia, además, con los intereses de los
sectores más reaccionarios de la mafia miamense.
A pesar de todo esto, durante los
últimos años se han producido numerosas declaraciones por parte de
funcionarios del Departamento de Defensa, así como por militares
norteamericanos en servicio activo y retirados, acerca de que Cuba
no constituye una amenaza a la seguridad nacional de los EE.UU.
Estas declaraciones de militares y funcionarios norteamericanos
constituyen un claro mentís a las falsas imputaciones del gobierno
norteamericano.
El apoyo del gobierno norteamericano
a las acciones terroristas contra Cuba ha causado la muerte de 3 478
ciudadanos cubanos, y daños a la integridad física de otros 2 099,
tal y como se describe en la "Demanda del pueblo de Cuba contra
el gobierno de Estados Unidos por daños humanos", de fecha 31
de mayo de 1999, documento que el gobierno de Estados Unidos nunca
ha respondido. Cuba reitera su denuncia de que el gobierno de
Estados Unidos es el responsable directo de estas atrocidades y debe
responder ante el pueblo cubano por ello.
Es el gobierno de Estados Unidos el
que desarrolla una política de genocidio contra el pueblo de Cuba,
expresado en el inhumano e irracional bloqueo que se aplica contra
nuestro país desde hace más de 40 años.
El terrorismo internacional no
surgió el 11 de septiembre del 2001. Tanto antes como después de
esa fecha, Cuba, ha cooperado de forma sincera y responsable con el
gobierno de los Estados Unidos. Lo hemos hecho de forma consciente,
convencidos de la necesidad de aunar todos los esfuerzos posibles en
el combate a este flagelo internacional y siguiendo nuestra
tradicional política en este tema.
Si Estados Unidos realmente desea
demostrar su compromiso con la lucha antiterrorista, tiene la
oportunidad ahora de actuar con firmeza y sin dobles raseros contra
diferentes organizaciones terroristas que desde territorio
norteamericano han venido agrediendo a Cuba durante todos estos
años.
El gobierno de Estados Unidos debe
liberar, sin dilación, a los Héroes de la República de Cuba:
René González Sehwerert, Ramón Labañino Salazar, Fernando
González Llort, Antonio Guerrero Rodríguez y Gerardo Hernández
Nordelo, que guardan prisión injustamente en cárceles
norteamericanas y cuyo único delito ha sido defender a los pueblos
cubano y norteamericano de las actividades terroristas que se
organizan aún hoy desde la Florida.
A pesar del amañado proceso judicial
que se desarrolló en Miami contra nuestros cinco Héroes, quedó
demostrada la lucha de nuestros compatriotas contra el terrorismo
anticubano asentado en Estados Unidos. Se les condenó única y
exclusivamente por haber luchado, a riesgo de sus vidas, contra
grupos terroristas que operan libremente en esa ciudad.
Todo el ilegal proceso judicial
contra nuestros cinco Héroes, ha constituido un escandaloso
respaldo a los grupos terroristas anticubanos que operan allí.
Resulta realmente bochornoso que,
mientras nuestro Cinco Héroes son encarcelados injustamente y
sometidos a sentencias y castigos draconianos, y sus derechos
humanos violados brutalmente, los terroristas secuestradores de
naves y aeronaves cubanas reciben cómodas fianzas e incluso algunos
de ellos son puestos en libertad en los Estados Unidos, demostrando,
una vez más, que el gobierno norteamericano no castiga el delito de
terrorismo cuando el mismo es perpetrado contra países que no se
arrodillan ante su política imperialista.
El gobierno de Estados Unidos debe
derogar la asesina "Ley de Ajuste Cubano", responsable de
la muerte de numerosos ciudadanos cubanos, en el intento de llegar a
territorio norteamericano, estimulados por los privilegios que dicha
ley les otorga.
El gobierno de Estados Unidos debe
derogar las leyes "Helms-Burton" y "Torricelli",
leyes terroristas y violatorias del derecho internacional y
responsables del sufrimiento del pueblo cubano.
Cuba, con la frente en alto, puede
enorgullecerse de que:
• Jamás ha participado en ningún
acto terrorista contra país alguno,
• Poseemos una legislación moderna
contra el terrorismo aprobada por la Asamblea Nacional del Poder
Popular el 20 de diciembre del 2001,
• Cuba firmó y ratificó los doce
Convenios Internacionales existentes en materia de lucha contra el
terrorismo, en el marco del sistema de Naciones Unidas, respondiendo
así al llamado del Secretario General de esa Organización,
• Hemos reiterado nuestra
disposición a incrementar la cooperación judicial con todos los
países, sin excepción, para combatir ese flagelo,
• Hemos mantenido una cooperación
permanente con el Comité Contra el Terrorismo del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas.
• Nos hemos adherido al Tratado de
No Proliferación de Armas Nucleares; pese a que la única potencia
nuclear en las Américas mantiene una política de hostilidad contra
Cuba que no excluye el uso de la fuerza,
• Hemos ratificado el Tratado para
la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el
Caribe, conocido como Tratado de Tlatelolco, que nuestro país
había firmado en 1995.
Continuaremos favoreciendo la
cooperación internacional, basada en el respeto a los principios
del derecho internacional en el marco de las Naciones Unidas, y en
particular su Asamblea General de la ONU, como único método eficaz
para prevenir y combatir el terrorismo.
Con la inclusión de Cuba en la lista
de "Estados Auspiciadores del Terrorismo", el gobierno de
Estados Unidos demuestra nuevamente que más que genuinos intereses
contra el terrorismo internacional lo mueve una irracional sed de
venganza contra la Revolución cubana.
La lucha multilateral contra el
terrorismo no puede ser concebida en función, únicamente, de los
intereses nacionales y de los objetivos de política exterior de la
potencia que disfruta hoy de una hegemonía unipolar.
El Ministerio de Relaciones
Exteriores reitera, con toda claridad y firmeza, que la inclusión
de Cuba en la ilegal Lista de Estados Auspiciadores del Terrorismo y
en el Informe Patrones del Terrorismo Global, el Departamento de
Estado, acción que crea las condiciones propicias para una posible
agresión militar contra Cuba, no nos intimida en lo absoluto. Si
ese es el objetivo de los personeros de la Administración Bush,
pierden su tiempo.
El Ministerio de Relaciones
Exteriores de Cuba, condena y rechaza con todas sus fuerzas esta
nueva agresión de Estados Unidos contra la impecable conducta de
Cuba en el combate al terrorismo, y demanda del Gobierno de los
Estados Unidos que cese su criminal política de hostilidad y el
doble rasero de su llamada cruzada antiterrorista y en consecuencia
actúe contra los grupos terroristas que en Miami no se esconden
para preparar, organizar y llevar a cabo, acciones terroristas
contra Cuba.
2 de mayo del 2003